De honor, de majestad, de gallardía!
Luís de Góngora.
La silueta de la torre de la Mezquita se distingue a lo lejos pintada con la luz limpia de las claras del día sobre los tejados de la Judería que se apilan unos sobre otros como piezas de un rompecabezas blanco.
Poco a poco, los tonos plateados de la noche se diluyen por las paredes, las aceras y las plazas calladas, … el silencio se apaga dando paso a la algarabía de la mañana. Son los ruidos que devuelven la vida a las calles que empiezan a respirar.
Nubes lilas, azules y rosas abandonan el cielo que se abre al espectáculo de la salida del sol dorando el horizonte de la ciudad.
…Ventanas que se abren al frescor de las horas tempranas… coches que aceleran… gente que va y que viene… saludos de vecinos entre aromas a café recién hecho y pan tostado… tenderos y persianas que suben… chiquillos y autobuses… mochilas cargadas de futuro…
La Córdoba romana que fue capital de la Bética y llegó a contar con tantos edificios lúdicos como la misma Roma y a la que proporcionó filósofos como Séneca y poetas como Lucano, la Córdoba del Califato Omeya de occidente, época de mayor esplendor en la que llegó a tener casi 500.000 habitantes siendo la ciudad más grande del mundo en el siglo X, la Córdoba de la Mezquita con 850 columnas de mármol alineadas en filas perfectas, el templo musulmán más hermoso del mundo, la Córdoba de Abderramán III que construyó Medina Azahara cuajada de almendros en flor para que su amada no echara de menos las sierras nevadas de Granada, la capital de Al-ándalus, la más culta de Europa…
...empieza un nuevo día con la sencillez de lo cotidiano…
con la humildad de la grandeza.
con la humildad de la grandeza.
Muy bien ELENA. Tu Córdoba, o "Corduba" romana, fue la más completa ciudad del Mundo en sabios, científicos y estudiosos, además de industriosa fuente de artesanías no existentes en ninguna otra parte del Mundo, en tiempos de ABDHERRAMAN III, Y tuvo la mejor Bliblioteca existente en su tiempo gracias a su hijo el Califa poeta AL HACKEN II.
ResponderEliminarOrgullosos estamos todos los cordobeses de esta ciudad patrimonio de la humanidad, una pena que no siempre se sepa valorar lo que se tiene.
ResponderEliminarMucha historia, mucha cultura, mucho patrimonio que algunas veces permanecen ocultos y no se saben "vender" ni cuidar por parte de la clase política.
Un abrazo.
Si viviésemos a miles de kilómetros, merecería la pena viajar para conocer Córdoba.
ResponderEliminarSin embargo, la tenemos a media hora de camino y ¡qué pocos cordobeses conocemos a fondo esta joya!
Yo viví ocho años en Córdoba y me gustaba olerla, embriagarme de ese ambiente de la judería; caminar por las calles empedradas, donde la cal me devolvía el reflejo del sol del mediodía.
Hay una luz especial en mi Córdoba bella. La echo de menos a diario.
Excesivamente fuerte para un cordobés huído.
ResponderEliminarMi casa, la de mi infancia, la que viví hasta hace once años, a cien metros en línea recta desde la Puerta del Perdón, desde la mezquita, en la calleja de la Hoguera, entre Deanes y Céspedes.
Creo que me he explicado.
Un beso.
ADELAIDA
ResponderEliminarClaro que merecería la pena viajar para verla, sin embargo, para muchos de los que vivimos en ella o en pueblos cercanos, es una gran desconocida.
Yo misma llevo muchísimos años viviendo aquí y siempre que salgo descubro cosas nuevas, para ello tengo el mejor cicerone, cordobés de pura cepa que disfruta pateándose sus calles.
Un beso.
José Alfonso, siento haber despertado en ti ese sentimiento de nostalgia.
ResponderEliminarComprendo cómo te puedes sentir, la tierra siempre tira, no porque sea la mejor sino porque en ella empezó y se desarrolló nuestra vida.
Precioso entorno el de tu casa.
Un abrazo.
Mª Carmen, precioso amanecer nos describes desde la ventana del Maimónides.
ResponderEliminarA mí me gusta mirar la torre de la Mezquita todos los amaneceres desde la terraza de mi casa, no estoy en primera fila pero el espectáculo sigue siendo extraordinario desde lejos.
Un beso.
Esa es mí Córdoba..., asiento de numerosas culturas a lo largo de la historia que, nos han dejado de herencia restos de ciudades y maravillosas obras arqueológicas, consideradas Patrimonio de la Humanidad.
ResponderEliminarCórdoba tiene un duende que la hace especial..., su gente amable, sus calles empedradas y estrechas, su aroma a azahar en primavera..., pasear por sus jardines, sus monumentos que hacen que nos transportemos a otra época..., Córdoba es por entera un maravilloso Museo!!!!.
Saludos.
Eso es Lola, toda ella es un museo, por eso debemos cuidarla, conocerla, vivirla...
ResponderEliminarTiene mucho que enseñar y merece ser Capital Cultural Europea 2016, otras ciudades lo han sido a pesar de tener menos patrimonio cultural.
A ver si lo conseguimos.
Un beso.
aysssssss, cordobita la llana... con qué bonitos ojos la describes, con qué bonitas palabras la envuelves y presentas... orgullo de apellido el que luzco, prima hermana soy de la Mezquita... ayssss cordobita!!!
ResponderEliminarBien por ti, Elena.
Muasssssss
Ningún mérito tengo Ana, es fácil contar hermoso lo que se ve cuando se trata de Córdoba, no hay que adornar nada, sólo contar lo que se mira.
ResponderEliminarBesotes.
¡ CORDOBA !, que decir; si todo lo que envuelve a la palabra huele a naranjos, jazmin, azahar y sabe a historia y embrujo. Al pasear por sus calles, el oido se agudiza esperando esa oración árabe que nos lleve a tiempos de las mil y una noche. Su encanto llena de placer al viajero y le hace notar en sus manos la sensibilidad de sus gentes.¡ Oh, Córdoba !. Te veo y quisiera llevarte conmigo hasta final de mis dias.
ResponderEliminar¡Qué más decir, Francisco!
ResponderEliminarAl poner la canción de Medina Azahara, me acordé de ti.
Un abrazo.
gracias por la cancion. un año estube trabajando en Lérida y unos compañeros de Trebujena(Cadiz) tenían el disco de Medina Azahara donde viene esa canción. Cada vez que la escuchaba me acordaba de mi tierra y las lagrimas corrían por mi cara. Por lo dicho antes y ahora ¡ que decir de Córdoba!. un beso amiga
ResponderEliminarManuel, 72 años. Yo los he observado, desde el cuartel de Lepanto, cuando la arrebolada que aparecia en el horizonte de la campiña, daba paso a la luz del amanecer, se podían percibí, esas nubes.."lilas, azules y rosas", cuyas gotitas de rocio impregnaban el cañón de mi mosquetón.
ResponderEliminarEn aquella época no habia nacido esa persona, capaz de hacer ver esas maravillas del amanecer,
sin usar prismáticos de sensibilidad.
Gracias por lo entrañable del articulo.
Un cordial abrazo.
Gracias a ti Manuel por tus visitas y tus comentarios.
ResponderEliminarSeguro que mi padre también vio esas nubes de colores desde su cuartel, mosquetón en mano.
Agradezco tus palabras tan generosas.
Un abrazo.