lunes, 13 de enero de 2014

VACÍO

“Cuando volví a casa comprobé que la rememoración tan vívida de mejores días no me aportaba el menor consuelo.”
              Miguel Delibes “La sombra del ciprés es alargada”



Ahí estaba, frente a mis ojos que no podían apartar la mirada. Tan vacío de vida y tan lleno de momentos. Por un instante creí que acabaría hablando con él, pero de qué, cómo y de qué se habla con un sillón vacío. 
Nunca nada te llena de soledad como un vacío seco, hondo y rotundo, nunca mis ojos se derramaron sin apenas esfuerzo, sin sollozo ni razón aparente. Son muchos días de silencio ocupando este lugar, pero hay fechas en las que la quietud y el eco silente se clavan con más tino donde más duele. Y claro, os echo de menos. Tanta soledad rebotando contra las paredes de mi alma que por un momento creí oír el crujido del dolor haciendo añicos a un corazón ya malherido. Y piensas que no has hecho bien volviendo al lugar donde has sido feliz, y te obligas a reponerte, te autoconvences y te impones la alegría que aconseja el calendario, aunque hace tiempo que estas fechas no vienen llenas de risas, de abrazos, de espumillón azul colgando de la lámpara y de copitas de anís a deshoras. 

Y te ves ahí, sola frente a un sillón huérfano de vida, con un silencio ruidoso taponando tus oídos y atenazando tu carne desde la boca a la boca del estómago. Muchas preguntas sin respuesta, mucho frío clavando sus garras en tus huesos. Demasiado espacio achicando las paredes hasta la asfixia. Demasiados momentos imposibles en un mundo sin vosotros.
Y sé que no debería escribir cuando estoy triste, pero hay palabras pegadas a los sitios en los que los recuerdos me persiguen y necesitan ser escupidas o lloradas, pero nunca calladas.

Demasiados lugares vacíos de vida y tan llenos de momentos.

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