"Nosotros elegimos a quién dejamos entrar en nuestras vidas."
Es extraño sentir cómo este rincón de mi casa ha sabido atraparme y cómo lo echo de menos los días que no me siento frente a sus dos paredes amarillas. Descubrir que los recuerdos del pasado, los pensamientos y los sentimientos toman forma a base de teclear sabiendo que van a descubrirme ante conocidos o desconocidos detrás de cada renglón. Que aquí encuentro mi ratito de soledad buscada y la compañía de algunos amigos que me esperan y a quienes espero para adivinar sus gestos en sus respectivos rinconcitos.
Sentarme delante de esta pantalla que todos los días se me abre nueva y en la que cada palabra resbala de las yemas de mis dedos hasta vuestras retinas, me hace disfrutar como cuando era una niña pequeña, y me maquillaba y bailaba ante el espejo a escondidas, creando pasos nuevos con unos zapatos de tacón ajenos, sin la vergüenza de que alguien me viera.
Y no es que me sobre el tiempo, tengo una casa, una familia y muchos libros por leer, pero no me resisto a robarle unas horas al reloj para vivir otra vida fuera de mi mundo, con otra gente y otras sensaciones con la certeza equivocada de que nadie me ve, de que nadie me va a juzgar.
Al final del día, cuando cierro el portátil, tengo la seguridad de que he aprendido mucho de vosotros… y de mí.