“Confié mi corazón a un experto taxidermista
para que hoy lo tuvieras a tu lado.
Antes de hacerlo lo lamí en busca de la sustancia
que dices que a ti te alimenta.”
César Torres
Fue la primera vez. Sería la edad o las sillas juntas. Clases en 2º de Magisterio. Mucha gente iba y venía con libros en los brazos. Charlamos por primera vez. Aquí tienes un sitio… para todo el curso… para Pedagogía y para la Lengua del Luengo. Si estás a mi lado me entero mejor. Un cigarro… humo en el pelo. Qué aburrimiento… tocado y hundido. Risas en Francés… la petite chèvre de monsieur Seguin. Recuperación el mes que viene. Me comentas el soneto de Garcilaso y yo modelo tus gusanos de arcilla…
…Y la luz blanca.
Muchas conversaciones de bancos y pasillos que nos acogieron en sus rincones blancos prestándonos sus oídos. Paseos nocturnos con besos en los parques prohibidos y cómplices. Queríamos sabernos, dibujar nuestros pensamientos con las yemas de los dedos. Juntar las palmas y descubrir que las líneas de las manos se confundían en la misma dirección, hacia un mismo camino que esperaba nuestros pasos.
Desde entonces serena mis inquietudes, calma mis desvelos… acompaña mis soledades y respeta mi soledad buscada.
…Juntos.
Y atravesamos tormentas, …de las que hacen ruido y de las que no suenan. Pero al final, cuando la lluvia amaina, siempre vemos juntos un arco iris uniendo los dos lados del horizonte.
Y cerré mi puerta, y lloré, y tiré la llave… pero no olvidé los besos. Dejé mi ventana abierta. Entra de nuevo y quédate a mi lado, no olvides tus promesas.
Guardamos en los bolsillos los enojos (casi están llenos), y reinventamos cada día las horas nuevas para que no nos golpeen con los segundos que cabalgan sin piedad. Porque lo nuestro va más allá del amor. Es complicidad, conexión y proyecto. Seguimos haciendo juntos las cosas que importan en la vida.
Hoy voy a decirte que te quiero, aun sabiendo que eso… tú ya lo sabes.