“Vivir es ir perdiendo, me decía; e incluso, aunque parezca aparentemente que se gana, a lo largo nos damos cuenta de que el falso beneficio se trueca en una pérdida más. Todo es perder en el mundo; para los que poseen mucho y para los que se lamentan de no tener nada”.
Miguel Delibes “La sombra del ciprés es alargada”
Cuántos instantes congelados de mi familia duermen en una lata de dulce de membrillo. Abuelos, tíos, primos, padres y hermanos de sonrisas fingidas con trajes imposibles, sobreviven ajenos al paso de los años. Lugares y momentos que ya no son, pero existen inalterables en el papel plastificado de las fotos.
....Y abrir aquella caja de madera donde guardaba mis trocitos de vida, mis secretos, mis risas y mis llantos, me lleva en una nave imaginaria que viaja a un mundo mágico que perdí por el camino y vuelve a ser mío por unos minutos:
Un lazo azul con lunares blancos para cantar en el coro, y el discurso de despedida que me tocó leer en la fiesta de fin de curso… aquel dibujo a carbón que ya se desdibujó y que tantas veces me hicieron repetir en el colegio… un poema de los días negros del desánimo adolescente que sobrevivió a un momento de ira en el que rajé todo lo que escribí, se atesoran en el interior de la caja esperando mi visita.
Supongo que mañana abriré la caja que hoy voy llenando de momentos y detalles para hacer mío por unos minutos el mundo mágico que vivo y sin duda perderé por el camino.