Este invierno se me está haciendo eterno. El frío clava sus afilados alfileres de cabecilla negra en el centro de mi cerebro, allí donde, a ratos, hiberna el hipotálamo, dejando mis pensamientos congelados. Aún no me explico cómo se puede mantener un acerico de hielo en la cabeza y no perder la cordura.
Las horas se hacen densas, pesadas, grises, se resisten a cabalgar sobre los segunderos de este invierno de mercurio que se expande llenándolo todo en rededor. La luz del sol no llega a lamer más allá del polvo de las paredes, dejando en su huida un reguero de oscuridad y silencio por los rincones. Es difícil ver la luz, distinguir los colores que se adivinan por el horizonte de una posible primavera temprana, calentarse los poros o conseguir que la sangre fluya hasta la punta de los dedos, cuando el mercurio recorre tus venas y el invierno que te congela la piel no está afuera sino adentro.
Las horas se hacen densas, pesadas, grises, se resisten a cabalgar sobre los segunderos de este invierno de mercurio que se expande llenándolo todo en rededor. La luz del sol no llega a lamer más allá del polvo de las paredes, dejando en su huida un reguero de oscuridad y silencio por los rincones. Es difícil ver la luz, distinguir los colores que se adivinan por el horizonte de una posible primavera temprana, calentarse los poros o conseguir que la sangre fluya hasta la punta de los dedos, cuando el mercurio recorre tus venas y el invierno que te congela la piel no está afuera sino adentro.
Sé que así será Mª Carmen. Sólo cabe esperar.
ResponderEliminarBesos.
No cabe ninguna duda: eres como un tierno tallo de clavel,que resiste los embates del despiadado invierno, pero on la fuerza de su belleza; desafia al mismo infierno, para luego florecer y encadilar a quien tenga la suerte de poderla contemplar.
ResponderEliminarEso mismo. Eres como un clavel y el tiempo que siempre ha sido mi mejor consejero, me dara la razon: cuando llegue la primavera seras de color carmeci intenso y todo brillara para ti.
Tienes muy buena madera y una simple borrasca no te va a tumbar.
Un beso con mucho afecto.
Voy a creer a pies juntilas todo lo que me acabas de decir.
EliminarY te voy a dar las gracias por tus palabras.
Un abrazo Pluma.
Me está entrando un frío (más del que ya tengo) al leerte...!
ResponderEliminarHoy amaneció gris, húmedo, lluvioso, pero desde este medidodía, el sol se pavonea por nuestros cielos. Va bien abrigado, con guantes y sombrero, todo un señor este Don Lorenzo! Salió de paseo para avisarnos de que ojito, que aún está vivito y coleando, que sólo es un amago, pero en cuanto termine unos negocios que tiene pendientes por otros lares... que vuelve y nos solaza un ratito...
Ánimo, que el frío se nos mete hasta el tuétano, y esas alfileres cuesta quitar de lo congeladas que se nos quedan hincadas!
Un besote!
;)
Por aquí todos los días sale el sol, pero hace frío. Y aunque a mí me gusta vivir el invierno, éste se me está alargando demasiado.
EliminarBesos Edurne.
Esto es muy dificil, el invierdo es muy crudo, pero con mucha, veros si somos capaces de pensar, queda poco, la primvera llega pronto. Deseo que todos y yo veamos como comienza la primavera, radiante, y todos con ella. un abrazo
ResponderEliminarÉsta será una primavera muy esperada por mí.
EliminarGracias por tu visita.
Besos.
Mi querida Elena, contra el frío interior poco podemos hacer desde fuera por más que queramos. No valen bufandas ni calentadores porque el corazón no los reconoce. Y las palabras de aliento y el cariño si hay paredes heladas por medio resbalan cual aceite.
ResponderEliminarDéjate acariciar amiga por los rayos del Sol, que aunque tímidos aún están deseando penetrar por las rendijas de tu alma.
Cuenta con mi cariño sincero
Bss
P.D.
No he venido antes porque el ordenador me está dando problemas desde hace una semana. Va a pedales. Desde esta mañana lo han estado revisando y el hombre se fue a comer y volvió luego. No me dejaba entrar en ninguna web, ni en mis blogs.
Mi querida Katy, mi frío siempre encuentra consuelo en la calidez de tus palabras.
EliminarBesos.
PD.- El ordenador de mi hijo lleva más de dos semanas en el técnico, se ve que hay un conjuro anticibernético o algo así.
Cuando te habita el invierno, en lugar de estar al otro lado de la ventana, entonces es cuando se te hiela la sangre y sientes que te derramas por las esquinas. ¡Eres grande, Elena! Besos.
ResponderEliminarY lo peor es cuando el invierno, con toda su crudeza anida dentro y se enfurece afuera.
EliminarUn abrazo Francisco.
Siempre es frío el invierno, pero cuando se asienta en el alma... Hay que alimentar la esperanza de que los tímidos rayos primaverales encuentren la rendija para expulsar el frío. Entre tanto tienes el fugaz rayo de nuestro apoyo.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi mejana
Un apoyo que siempre he agradecido.
EliminarUn abrazo Felipe.
Me gustaría que, como un leve anticipo de la privameva, el aliento que todos los que visitamos tu blog sirviera para templar tu interior.
ResponderEliminarUn cálido abrazo.
Y me sirve, claro que sí.
EliminarUn abrazo.
El invierno interior nada sabe de las estaciones tradicionales, así que para hallar su primavera solo hay que cambiar el rumbo, la actitud.
ResponderEliminarAy, Elena, qué difícil es expulsar -yo también lo sé- las sombras de la memoria.
Un abrazo
Cambiar el rumbo... parece fácil.
EliminarUn abrazo Juan.
Elena, creo que te quejas de vicio, si estubieras en Madrid seguro que salías corriendo al calor de tu Andalucía. de todas maneras...ya llegará el verano.
ResponderEliminarUn beso
Mª Ángeles, se nota que hace poco llegaste a este callejón, no sólo no me quejo del frío sino que me gusta mucho más que el calor. Mi estación es el Invierno.
EliminarEl frío que duele es el interior.
Un beso.
Excelente descripción, Elena, de los días fríos. (Por aquí están llenos de blanco).
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias lavela.
EliminarUn abrazo.
Me gusta como escribes, esa incógnita que le das a tus escritos.
ResponderEliminarEste con esa comparación del frió interior.
Cuando se siente eso, no hay temperatura que suba ese mercurio.
Te entiendo perfectamente, también te digo que todo pasa.
Un abrazo.
Gracias Rafaela.
EliminarBesos.
Pronto llegara la primavera para regalarte un poco de calor, aunque el frio del alma es difícil de combatir, solo él paso del tiempo es el que logra dar de nuevo calidez a ese alma helada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pilar
Pronto llegará, y notaré esa calidez por fuera y por dentro.
EliminarGracias por tu visita Pilar.
Besos.
Amiga Elena, cuanta razón tienes esta Córdoba es asi de extrema, en veranos nos freimos de calor y en invierno nos helamos.
ResponderEliminarEspero y te deseo encuentres esa calor interna para que tu sangre corra por tu corazón con fuerza y asi coja calor.
Por fuera, ya sabemos de sobra como abrigarnos.
Un fuerte abrazo.
Qué razón tienes Teresa.
EliminarLo malo es buscar y no encontrar ese abrigo.
Besos Amiga.
Curioso, yo siento más bien que el mercurio se contrae. Besos.
ResponderEliminarY así es, pero imaginar cómo se derrama, se extiende y se expande, gris, denso y brillante, me pareció una buena imagen.
EliminarBesos Tawaki.
el frío y el gris me despiertan ganas de letras, propias y ajenas, de té y tostadas calientes, de charlas de café, chocolate y mucho cine. El sol lo reprime. El verano nos expulsa afuera. Disfrute de este trayecto que indefectiblemente la conducirá al otro.
ResponderEliminarComparto contigo el gusto por ese frío que nos recoge ante una taza de café, pero cuando el frío es interior las ganas de calor y verano son difíciles de reprimir.
EliminarUn abrazo Rochitas.
He tardado mucho en venir no sabia que decirte pero no quería dejar pasar esta entrada de vacio.
ResponderEliminarYa sabes que me gustaría poder transmitirte un poco de calor para que algunos de esos alfileres que pinchan tu cerebro se cayesen y no encuentro mejor forma de hacerlo, que mandarte mi cariño para que lo unas al de todos los amigos que pasan por aqui y seguro que algo consigueremos.
Un beso
Ten por seguro que llega ese calor, y lo agradezco en el alma.
EliminarGracias Chelo.
Querida Elena, todo lleva su tiempo. Deja pasar los dias sombrios, despacio. Poco a poco fluiran los primeros brotes de la primavera y notaras que una nueva esperanza viene a desclavar esos horribles arfileres que te afligen.
ResponderEliminarMientras tanto te envio un beso
Maripaz
Sé que es cuestión de tiempo.
EliminarGracias Maripaz.
Un beso.
Tienes razón, no se me había ocurrido.
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