“¡Oh Inés, oh alma mía, que tu rostro esté de la misma manera junto a mí cuando yo acabe de verdad mi vida! ¡Y que cuando las cosas reales estén borrándose para mí, de la misma manera que estas sombras que yo despido ahora, pueda encontrarte cerca de mí, apuntándome hacia lo alto!”
Charles Dickens “David Copperfield”No voy a negar que me has quitado demasiado, que me robaste con violencia y a las horas en que las sombras empiezan a velar la claridad del día, con alevosía. Que me arrancaste de la carne el origen de mis días. No, no voy a negar que me has dejado cual árbol sin raíces, temblando y a las puertas del mes del frío, haciendo lo imposible por agarrarse al cielo con sus ramas para no caer.
Mentiría si no admito que noto el corazón como un amasijo de cristales rotos clavados en la garganta. Que no lloro sal sino mi misma sangre, hacia dentro, encharcando el vacío que me dejó tu paso. Negarlo no me serviría, y nadie lo entendería.
Pero no te voy a dar ni uno de mis segundos regalándote los oídos con mi pena, te vas a quedar con las ganas de mi llanto, no te alimentarás ni siquiera con las sobras de mi dolor. Porque has podido arrancármelos sin respetar siquiera los plazos, pero jamás me arrebatarás lo vivido a su lado. Tengo un mundo rebosando de recuerdos, y ésos son míos, sólo míos, pertenecen a mi piel y a mi alma, y ni tú ni nadie podrá jamás quedárselos.
Mentiría si no admito que noto el corazón como un amasijo de cristales rotos clavados en la garganta. Que no lloro sal sino mi misma sangre, hacia dentro, encharcando el vacío que me dejó tu paso. Negarlo no me serviría, y nadie lo entendería.
Pero no te voy a dar ni uno de mis segundos regalándote los oídos con mi pena, te vas a quedar con las ganas de mi llanto, no te alimentarás ni siquiera con las sobras de mi dolor. Porque has podido arrancármelos sin respetar siquiera los plazos, pero jamás me arrebatarás lo vivido a su lado. Tengo un mundo rebosando de recuerdos, y ésos son míos, sólo míos, pertenecen a mi piel y a mi alma, y ni tú ni nadie podrá jamás quedárselos.
El abrazo, va muy fuerte y muy intenso.
ResponderEliminarY..Llora, llora mucho, porque el llanto; serâ la via de alivio a ty dolor.
nadie y nada te podsran aliviar. Solo el tiempo.
Lamentablemente se lo que se siente y hoy sin dolor, la nostalgia me consume. Ellos son la vida misma.
Ya volvera ha brillar el Sol.
Es tan intenso todo esto, cómo lo escribes, cómo lo sientes... que, Elena, querida amiga, una no puede por menos que ponerse a tu vera y darte un abrazo de los de verdad, de los que, aunque no se sientan en directo, en la carne, sí se sientan en el alma, porque la total comprensión de tu pena, tu sentir... me lleva a decir que estos sentimientos, los hago míos...!
ResponderEliminarPerdón por la osadía!
Un abrazo enorme!
;)
Hay una canción de Duncan Dhu que se me ha venido a la mente leyéndote, sobretodo el primer párrafo:
ResponderEliminarEsos ojos negros,
esos ojos negros no los quiero ver llorar,
tan sólo quiero escuchar,
dime lo quiero oír,
dime que vas a reír, dime,
dime ahora que duerme la ciudad.
Un besazo carteyana guapa.
Los recuerdos, patrimonio del corazón que la mente alberga.
ResponderEliminarSirven para llorar, sirven para reir, sirven para vivir...
Llorar es bueno, Elena; a veces es el rebosadero por donde escapa el exceso de dolor.
Todo mi cariño en estos momentos difíciles. Es lo único que puedo ofrecerte.
Pluma y Data, lloro, mucho, y sé que el tiempo es mi mejor aliado.
ResponderEliminarPero hay muchas formas de desahogo, escribir me sirve.
Un abrazo.
Edurne, gracias por ese abrazo, de verdad que lo siento como si estuvieras a mi vera.
ResponderEliminarAgradezco tu compañía.
Un beso.
Javier Pol, no sabes cómo me gusta volver a verte, de verdad.
ResponderEliminarGracias por esos versos.
Un beso.
Adelaida, gracias por ese cariño, en los momentos más dolorosos se agradece la compañía de los amigos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Antes no te lo he dicho, pero... tienes su misma sonrisa, así que él, no hay duda, vive en ti, sigue vivo!
ResponderEliminarOtro abrazo, exclusivo para ti!
;)
Elena, un beso muy fuerte y todo mi ánimo.
ResponderEliminarSólo quién lo ha pasado sabe de verdad lo que sientes.
También que el llanto y la rabia tiene su tiempo, y que luego hay que mirar al frente aunque de por vida nos acompañen los recuerdos.
Tú eres fuerte, lo sé sin conocerte.
Dejar en un papel los flecos dolorosos del alma, emborronándolos con lágrimas mientras los ojos se nublan una y otra vez, es bueno, es sano y es recomendable para los que siempre lo hemos hecho. Ayuda y mucho.
ResponderEliminarLlora y no lo hagas para dentro, que porque forma parte de la vida, de esa parte que ni entendemos, ni asimilamos, ni estamos preparados para ello.
Y cuando las sombras ocupan nuestra casa siempre surge la misma pregunta ¿Por qué?
Una posible respuesta es que si la semilla no muere no puede dar fruto.
Y fructificarán en ti, en su familia y lo sembrado florecerá.
Bss Elena
Juan, gracias, sé que el llanto tiene su tiempo, y que el tiempo juega a mi favor. Y sé que podré recordar sin que duela.
ResponderEliminarUn abrazo.
Katy, créeme si te digo que he emborronado muchas pantallas (de ordenador), y no hago otra cosa que desliar nudos en mi garganta. Y sólo quiero, como he dicho a Juan, que llegue ese tiempo en que recordarlos no duela tanto.
ResponderEliminarUn beso.
Conforme nos vamos haciendo mayores, la perdida de los seres queridos se van produciendo y a todos nos va llegando esa hora que dicen fatídica, pero que te aseguro que para mi personalmente es normalisima y la espero con gran tranquilidad, pues por fin vamos a ver lo que nos han contado si por fin es un cuento o es una realidad.
ResponderEliminarA mi personalmente te aseguro Elena que no me preocupa para nada, ni lo más mínimo
Cuando se van nuestro mayores es una pena, pero cuando el que se va es un muchacho de 18 años sano, deportista, buenísimo hijo y mejor persona, es muy duro de aguantar.
Pero lo bueno de ser creyente es que estamos seguros de que esto continua y tenemos allá arriba a alguien que velara por nosotros. ¿No crees?
Un beso y siempre adelante
Manuel 72a.
ResponderEliminarSi, nadie te arrebatará lo vivido a su lado, ese es tu tesoro.
Elena un abrazo
ELENA COMO LO SIENTO, QUE BONITO. UN ABRAZO
ResponderEliminarQué poquito estuvo Adolfo sin su Inés, poquito tuvo que esperarla.
ResponderEliminarLlora Elena, que lloras letras preciosas y sentimientos arrolladores y eso, a la fuerza, debe ser pero que muy bueno.
Pero sonríe a esa foto.
Un beso fuerte, cuñada.
Vicente, la pérdida de un hijo, de cualquier edad, debe provocar un dolor inexplicable.
ResponderEliminarSea como sea, la pérdida de un ser querido causa siempre dolor, y no nos queda otra que seguir hacia adelante.
Un abrazo.
Manuel, así es, te pueden arrebatar la vida, pero no lo vivido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Chus.
ResponderEliminarUn beso.
Ana, es lo que intento, más que llorar, recordar los momentos felices, que han sido muchísimos.
ResponderEliminarGracias.
Un beso.
Muy bonito este ramillete de dolor contenido que nos muestras hoy Elena.
ResponderEliminarY si, lo vivido nadie no los puede arrebatar.
La fotografia, entrañable.
Un beso.
Maripaz
Lo siento, Elena. El tiempo va mitigando el dolor aunque los recuerdos siempre quedan cerca rondando nuestro entorno, poniendo en nuestros rostros unas veces una sonrisa y otras una mueca dolorosa. Por otra parte me alegro que no hayas traspasado el umbral que separa la espera de la desesperación. Ánimo y sigue escribiendo. Ayuda y, mucho. Un beso
ResponderEliminarNunca supe que decir en estos casos, mi mente se bloquea...solo puedo darte un abrazo virtual y dejarte una frase de consuelo:
ResponderEliminarPor muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.
Así es Maripaz, lo vivido nadie nos lo puede quitar.
ResponderEliminarLa fotografía me gusta mucho, se les ve felices, serenos.
Un beso.
Gracias Felipe, esperemos que el tiempo mitigue este dolor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sonrisa, te entiendo y acepto el cariño que siempre me das.
ResponderEliminarGracias.
El día que le dije a un amigo que había muerto mi madre su palabras fueron "lo único que puedo ofrecerte es mi hombro para llorar" y aunque en la lejanía es lo que te digo.
ResponderEliminarEl tiempo cura las heridas pero, como muy bien dices, el tiempo vivido y disfrutado con ellos no lo vas a olvidar. Un beso querida amiga
Chelo, gracias por tu hombro y por tu apoyo.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Mª Carmen, gracias por el apoyo, pero no he recibido ningún e-mail. Voy a ver si ha llegado.
ResponderEliminarBesos.
TU DOLOR
ResponderEliminarMarcado a fuego como van las reses,
o como va la noche encadenada,
marcado por la mano profanada
del sol que mide el tiempo de las mieses;
marcado como el cuerpo en los arneses,
envoltura de acero de la nada,
marcado como el hato por tu espada,
por tus ojos, del viento feligreses;
marcado por tu voz y por tu boca,
por tu brocal y tu broquel que toca
en tu cabello el esplendor del oro;
marcado por la noche que no lloro
y el guante con que el día me destoca:
por ti marcado, quiero sólo ser
tu amigo de luz, el amanecer.
Así comparto tu dolor, que es el mio.
Un abrazo enorme.
Gracias Luis, dicen que el dolor y la pena compartidos se sobrellevan mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cualquier cosa que pueda decir, sé que será poco. Sólo pedirte, Elena, que tengas fuerza. Un fuerte y sincero abrazo.
ResponderEliminarDesdelaterraza, hago lo imposible por tenerla, te lo aseguro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Elena,acabo de abrir el blog para visitaros y al ver tu entrada enseguida he pensado lo peor.
ResponderEliminarCierra los ojos e imagina que estoy delate tuya y te doy un gran abrazo de fuerza y ánimo.
Sé lo que es pasar por estos momentos, ya lo experimenté.
Siempre estaran en tu mente pero el tiempo es el mejor bálsamo.
Un beso mi querida amiga.
Gracias Teresa, te tengo enfrente y noto tu abrazo.
ResponderEliminarGracias.
Un beso.
Elena, sino te he entendido mal, tenemos el mismo dolor y pena.
ResponderEliminarLa cabecera de mi blog, lo dice todo.
En cuanto al comentario que hiciste en La Jirafas de D.L.T., los animales que he puesto hoy en mi entrada, son muchos más pequeños, pero llaman también mucho la atención.
Siendo de Cartaya y viviendo en Córdoba, seguro los conoces o has oido hablar de ellos.
Saludos, manolo
marinosinbarco.blogspot.com
Veo que sí, que compartimos la misma pena.
ResponderEliminarPero no entiendo qué quieres decir con eso de que como soy de Carteya y resido en Córdoba conozco muy bien esos animalitos de tu entrada. Creo que se los conoce seas de donde seas y vivas donde vivas.
Saludos Manolo.
Efectivamente son los recuerdos lo que más nos acercan a quienes ya no tenemos junto a nosotros. Sean buenos o menos buenos nos dibujan una sonrisa en el alma.
ResponderEliminarTodos aquellos que fuimos queridos por la Tita Inés siempre tendremos grabados en nuestra memoria los momentos compartidos junto a ella, así como sus repentes de genio con mal disimulado cariño, la cervecita siempre ofrecida y fría, la ensaladilla de Viernes Santo (visita obligada como si de una cofradía más de Semana Santa se tratara) y tantos y tantos detalles más imposibles de enumerar...
Un fuerte abrazo.
El cuerpo tarde o temprano cumple su ciclo, pero la esencia que lleva dentro… sentimientos, pensamientos, personalidad, amor, don de gente, siguen presentes en el en el corazón de quienes amó.
ResponderEliminarSube en una balanza lo que esa partida te deja y del otro lado todo lo bueno que aquella vida te supo brindar y verás como la tristeza agachará su cabeza al saberse ante la presencia de un ser superior.
A los de alma buena, corazón inmenso y sentimientos nobles, la muerte no se los lleva… ¡Los glorifica! y eso significa seguir viviendo en el corazón de su gente con el mismo cariño, respeto, admiración, gratitud, amor, como ayer, como hoy y para siempre.
¡Saludos!
Querido Anónimo, no sé qué primo eres, pero seas quien seas, como dices, su casa siempre estaba abierta para todos, a todos os quería y sé que vosotros siempre la tendréis en vuestro recuerdo.
ResponderEliminarUn beso.
Qué razón llevas Juan Carlos, es así como dices, el cuerpo sólo es materia y hemos de estar preparados para despegarnos de ella. Otra cosa son los sentimientos, los recuerdos, los momentos vividos.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.
Hola,preciosas letras van desnudando lentamente la pura y genuina belleza de este germinal blog, si te va la palabra encadenada, la poesía, te invito al mio,será un placer,es,
ResponderEliminarhttp://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos de agua...
Bienvenido a esta casa don vito, ahora me daré una vuelta por la suya.
ResponderEliminarSaludos.
Amiga Elena, solo quiero enviarte un fuerte abrazo y aceptación.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Teresa.
ResponderEliminarUn beso para ti.
El Silencio de la Nada no escucha. Simplemente se alimenta de las memorias.
ResponderEliminarFelices días y un abrazo.
Y yo tengo una memoria inmensa de la que alimentarme.
ResponderEliminarSaludos Lavela.
Elena acabo de abrir el blog después de bastantes días sin entrar en él y como siempre el tuyo es el primero que visito y me encuentro con los momentos tan dolorosos que estas pasando. Te estabas recuperado de la perdida de tu padre y la vida te da otro "palo” con la perdida de tu madre. Lo siento de veras, y comparto tu dolor, ya pase por lo mismo hace algunos años y se lo duro que es.
ResponderEliminarTe mando mucho animo, que aunque la rabia no te deje, llores que es, lo único que calmara tu pena. Refúgiate en tu marido e hijos y que ellos llenen el hueco que han dejado tus padres. Esto es ley de vida. Te quedan sus recuerdos de muchos momentos felices que no te quitaran nunca y siempre estarán contigo.
Un fortísimo abrazo amiga y que sepas que te tengo un gran cariño que me gustaría sintieras a través de estas palabras.
Muchísimas gracias Luisa, gracias por el apoyo, estate tranquila que me llega tu cariño, siempre, y en esta ocasión mucho más.
ResponderEliminarYa ves, a veces la vida no te deja ni respirar entre palo y palo, pero no nos queda otra que aceptarlo.
Un beso.
Los recuerdos son esas tiritas que ponemos sobre las heridas. Escribir es como enhebrar esa aguja con la que suturamos. Un beso.
ResponderEliminarTawaki, yo tengo muchísimas tiritas para taponar mis heridas. Recordar es para mí disfrutar.
ResponderEliminarUn beso.
Despues de ver el post y leer los comentarios, estoy un poco confundido, pero al parecer si no me equivoco has tenido la perdida de un ser muy querido. Si es asi de verdad que lo siento, pero solo es cuestion de tiempo en volverlo a encontrar y de nada sirve llorar. Un beso.
ResponderEliminarMi más sentido pésame por la muerte de tu madre, no pude ir ese día para dártelo en persona, me hago cargo de la pena que sientes porque la he vivido, mis padres se fueron en un mes los dos, pero como dices en tu escrito los recuerdos y vivencias nos pertenecen y siempre están presentes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pilar
La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.
FRANÇOIS MAURIAC
Gracias Curro, sí, hoy hace dos semanas que murió mi madre, sólo hacía 14 meses que se fue mi padre, imagínate mi pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias Pilar. Imagino tu pena como tú la mía. Ya ves, al final sólo nos queda el consuelo de que la muerte nos arrebatará a los seres queridos de nuestro lado, pero los recuerdos permanecerán en nosotros hasta el fin de nuestros días.
ResponderEliminarUn beso.