Ángeles Mastretta “Mujeres de ojos grandes”
Desde aquel día de cuervos una fecha se tinta de negro en todos los calendarios. Ahora da igual creciente o menguante, domingo o lunes, con los últimos rayos del verano apretando los dientes o con las primeras aguas del otoño amenazando riadas sobre los tejados. Sobresale con trazo grueso del resto de los días. Es el verso suelto de los almanaques. Me llama. Se acerca y se aleja, como el vaivén de una pupila con la danza macabra de una triste bombilla colgada del techo. Es el baile de los muertos sobre las hojas de Septiembre.
Desde aquel día una fecha me recuerda que lo peor no es que te hayas ido, sino la certeza de que ya no existe mi mundo contigo.
Me gusta leerte. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarSaludos.
Elena el tiempo no te va a hacer olvidar, pero poco a poco el dolor se irá mitigando. Por eso me alegro que hayas decidido seguir con nosotros. Un beso desde mi mejana
ResponderEliminarEsta fecha no es de las que se olvidan.
EliminarUn abrazo Felipe.
Hermosas palabras para recordar un día triste que nunca olvidaras pero que con el tiempo recordaras con menos pena que hoy.
ResponderEliminarUn beso muy grande Elena.
Gracias Rafaela, eso espero.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarEl tiempo no trae el olvido, ni falta.
Yo te traigo un abrazo, por si hace falta
Siempre son bienvenidos los abrazos.
EliminarGracias Ester.
Hola Elena, siempre quedan lunas en los rincones, hay que abrir ventanas para que la luz penetre y poco a poco ésos recuerdos sean solo éso... recuerdos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, en mi nostalgico domingo.
Abramos pues las ventanas, aunque sólo sea para que entre la luz de la luna.
EliminarUn abrazo.
Elena, también fue finales de Septiembre, día 27. También yo tuve que hablar de cuervos y de amaneceres negros, mientras se acercaba la muerte. En unas ocasiones lo pudimos cantar, pero en la mayoría, sólo servía llorar y lloré.
ResponderEliminar«Si te dijera amor mío
que temo a la madrugada
no sé que estrellas son esas
que hieren como amenazas
ni sé que sangra la luna
al filo de su guadaña.
Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga
quiero que no me abandones
amor mío al alba
al alba, al alba
al alba, al alba...
Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas
comen las ultimas flores
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada
Presiento que tras la noche...
Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas
no te destroza amor mío
esta silenciosa danza.
maldito baile de muertos
pólvora de la mañana.
Presiento que tras la noche...»
(Al Alba. Luis. Eduardo Aute)
Elena, entiendo tu 30 de Septiembre. No importa que nadie entienda el mío, solo yo sé por qué escribo lo que he escrito. Tú, sin saberlo me trajiste el recuerdo, tan lejano ya, tan casi olvidado.
Todos tenemos algún 30 de Septiembre o un 26 de Noviembre. Fechas que no se olvidan, fechas marcadas en nuestros calendarios para el resto de los días.
EliminarPreciosa canción.
Un abrazo Álvaro Tilo.
Un cordial saludo.
ResponderEliminarQue Otoños con más ausencias estamos viviendo en los últimos cinco años. El tiempo pasa sin apenas darnos cuenta...o quizás eso creemos...aunque lo que está claro es que siempre recordaremos los buenos momentos que vivimos junto a ellos, es algo que ya forma parte de nosotros..........Un Beso Prima.
ResponderEliminarSí, parece que el Otoño se alió con la muerte y se empeña en azotarnos con fuerza.
EliminarAl final sólo se trata de una fecha, como bien dices, lo importante es lo bueno que nos dejaron.
Un beso Julio.
Si se pudieran volver a vivir otros tiempos, si pudieran regresar como llegan todos los septiembres...
ResponderEliminarSi se pudiera Tawaki, si se pudiera...
EliminarUn abrazo.
Animo.
ResponderEliminarGracias Mamuma.
EliminarHay fechas imborrables, pero hay que procurar, que fácil decirlo, no sumirse en la melancolía, aunque sí mantener el recuerdo de quienes fueron importantes para nosotros. Un abrazo Elena.
ResponderEliminarEs lo que hago, no creas que ando llorando por las esquinas, ésta sólo es una fecha aciaga en mi vida.
EliminarUn abrazo DLT.
Estimada amiga,
ResponderEliminarEl negro me recuerda al vestido de novia de mi abuela, esta quedó un día impresa en la pared de nuestra casa...Siempre me gustó lo negro y nunca el luto, pues aún cuando lo respete pienso que aquellos que nos dejan -teniendo en cuenta que en la vida, como en el callejón, todo va deprisa- lo último que desearían con toda probabilidad es que perdamos el tiempo con lloros esteriles.
sds!
Pues sí, llevas toda la razón, por eso como he dicho a Desdelaterraza, no ando llorando por las esquinas, sólo hago referencia a una fecha concreta que me trae malos recuerdos.
EliminarSaludos Dadaista.
Estimada amiga...
EliminarA veces, y es lo que pienso, se puede llorar sin lágrimas. Tú dices no llorar y yo lo acepto.
No quiero quitarte ni darte nada o si acaso...un abrazo.
Abrazo que yo acepto.
EliminarGracias.
Mi querida amiga:
ResponderEliminarHasta coincidimos en fecha con ese dolor. Me gustaría tanto ofrecerte una taza de chocolate, una mano... sentarnos en el suelo y recordar y reír y llorar... ¿sabes? imaginariamente, se puede hacer.
En fin, bello texto, Elena, bello y triste, pero como siempre, increíblemente sublime.
Un besazo enorme y de corazón.
Sería estupendo poderlo hacer, hasta acabaríamos riéndonos. Ten por seguro que ahora mismo estoy sentada en el suelo con una taza de chocolate con mi amiga Juji.
EliminarMil besos y un millón de gracias.
"Desde aquel día una fecha me recuerda que lo peor no es que te hayas ido, sino la certeza de que ya no existe mi mundo contigo."
ResponderEliminarEs una certeza no imaginaria y real, como real es que nadie se puede bañar en el mismo agua dos veces. Cada momento es diferente, los hay alegres y los hay dolorosos y no hay vuelta de hoja.
Seguro que recordar los maravillosos momentos vividos ayuda a aclarar esta mancha tan oscura. Nunca hay vuelta de hoja mi querida Elena.
“Dichosos quienes pueden olvidar su mejor luna.”
Cierto porque cada día y cada noche tienen su encanto, su misterio, su alegría y su pena, Estoy segura que así lo vives pero indudablemente nunca se olvida. Yo tampoco olvido.
Bss
Nunca se olvida, y encima un número negro sobre papel blanco se encarga de recordarlo.
EliminarDe todas formas sólo es una fecha.
Un beso Katy.
¡Qué tremendo, Elena! "Lo peor no es que te hayas ido, sino la certeza de que ya no existe mi mundo contigo". Cuánta fuerza y cuánto sentimiento sobre esta línea y sobre tu columna. No olvides de expresarte todo lo continuado que puedas, para disfrute de quienes te leemos. Olvidar no es siempre lo mejor si cuando recordamos nos estamos dando a nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos
Lo intentaré Francisco, aunque me temo que en este blog, los post más acertados son los más tristes, como los cantantes cuyas mejores canciones son las de desamor.
EliminarUn abrazo.
Llevo unos días dedicada a otros menesteres y no he aparecido por aquí.
ResponderEliminarEsa frase que te señalan Katy y Paco es una frase que impacta y mucho.
El tiempo hace que las heridas duelan menos pero nunca olvidarás.
Te espero siempre no importa si lo que escribes es triste o alegre, sólo espero el placer de leerte.
Un fuerte abrazo
Gracias por la espera Chelo.
EliminarSiempre agradecida, un beso.
Te leí el otro día.
ResponderEliminarYo también arrastro, como todos, penas, y cuando las fuerzas te muerden por dentro porque ya no pueden más, entonces te entretienes en tus ausencias, en tus lamentos...
Estaba triste, y no podía acercarme a consolar, a ofrecer mi abrazo, necesitaba yo de unos cuantos también...
Hoy sigo igual, pero, la fuerza no me ha abandonado del todo y siempre hay reserva.
Olvidar. Es muy difícil olvidar, y en ocasiones, ni es conveniente.
El tiempo, mitiga, suaviza, adormece, tal vez, el recuerdo, pero el hecho está ahí, ocurrió. Y lo que fue, lo llevamos guardado.
El presente está aquí, esperando a que vayamos pasando las hojas del calendario...
Dentro de unos meses, volverá a ser 30 de septiembre, y tu dolor seguirá estando, pero saldrá a recibirte sin que te sobresaltes, simplemente lo estarás esperando.
En fin, que lo que quiero decirte es que te mando chiquicientosmil abrazos cargaditos de espuma cantábrica, así que hala, allá que te van!
Y un besote enorme!
;)
Gracias Edurne, me llegan tus abrazos espumosos desde el Cantábrico y me entristece no saber de tu tristeza y no haberte mandado a ti chiquicientos besos andaluces, de ésos exagerados que por aquí damos.
EliminarYo creo que septiembre perdió el último día en señal de duelo.
ResponderEliminarSi es así a mí dejó el penúltimo marcado a fuego.
EliminarUn abrazo Tawaki.
Es verdad que todos tenemos esas fechas que nos hacen recordar momentos vividos en este caso con dolor-Si te sirve de consuelo yo tengo aun frsco en la mente un 17 de noviembre que cada vez que llega me mortifica pero...tambien me alivia saber que ya no sufre y, que posiblemnte haya sido lo mejor si no había vuelta de hoja.
ResponderEliminar-Me hace mucha gracia la respuesta a Francisco que los post más acertados son los trístes cómo las canciones de desamor.
Yo creo querida Elena: que nos da vergüenza decir que estamos triste o es cómo que eres debíl ante las afrentas de la vida-Y sinceramente creo que es un craso error-Porque todos los sentimientos son muy parecidos aquí o en el confín.
Un abrazo.
Es el alivio que nos queda, quizá haya sido lo mejor si no había vuelta atrás, lo malo de estas fechas es que nos recuerdan que nuestro mundo cambió para siempre.
EliminarUn abrazo Bertha.
Elena, aunque un poco tarde vengo a aliviar tu dolor con un beso.
ResponderEliminarMaripaz
Tardíos o tempranos siempre se agradecen los besos.
EliminarUn abrazo Maripaz.
¡Qué tristeza y cuánto sentimiento! ¿Quién no tiene de esos dias en el calendario? Cuando se ceba la tristeza por la ausencia qué dificil es soltarla y sin embargo la vida sigue y nos arrastra.
ResponderEliminarUn abrazo:)
Y lo peor es que el calendario se va poblando de esos días.
EliminarBienvenida.
Un abrazo.
Si, estoy contigo Elena, lo peor de todo es darse cuenta que desde el primer momento en que se van, nos sentimos total y desesperadamente huerfanas, desamparadas. Mi amatxu murió hace ya 29 años y no hay día que no piense en ella.Y en mi caso, la fecha que se tinta de negro en el calendario es el 29 de agosto.
ResponderEliminarHermoso y sentido escrito Elena.
Nerim, el 29 de agosto también está marcado en mi calendario, era el santo y el cumpleaños de mi padre.
EliminarY sí, no pasa un día en el que no me acuerde de él y de mi madre.
Un beso.
Es cierto Elena que el dolor de una ausencia deja un abismo de negrura y llanto que por siempre habitará en tu vida, pero que se irá sedando con el paso de los días.
ResponderEliminarMe ha impactado mucho la frase que pones al final del relato:
"Lo peor no es que te hayas ido, sino la certeza de que ya no existe mi mundo contigo". Y lo doloroso es que sabemos que será así.
Un abrazo con estrellas de fortaleza.
Así debe ser, el tiempo todo lo atempera, lo cierto es que hay mundos que ya no existen.
EliminarUn beso Ángeles.
Poco o nada es lo que te puedo decir. no hay palabras ni explicaciones que valgan. Pero si de algo te sirve; te abrazo muy fuerte y te digo: somos muchos aqui y no estas sola.
ResponderEliminarAhora soy yo el que se disculpa por la tardanza; pense que estabas en receso, pero ya veo que aun nos puedes acoger entre tus letras.
Gracias Pluma, sinceramente te digo que se nota y se agradece la compañía, concretamente la tuya.
EliminarUn abrazo.
Hola Elena, ando fuera en el sur y haciendo un poco de reposo. El martes ya empiezo la rehabilitación. Me acuerdo de tus pinturas que espero hayas terminado y te haya quedado todo de dulce. Te dejo un cariñoso abrazo y bss
ResponderEliminarKaty
¿En el sur? Un magnífico sitio para tu reposo. Ojalá le des puerta pronto a tu tendinitis con esa rehabilitación, así lo deseo de verdad.
EliminarMi pintura ya se acabó, ahora queda la limpieza a fondo, creo que la lavadora se está hartando de dar vueltas todo el día. En fin, poco a poco se va viendo la punta.
Un abrazo fuerte para ti Katy.
Hay días del almanaque que deberían borrarse para que no vuelvan nunca. Fechas que reviven viejas heridas que dividieron nuestras vidas en un antes y en un después. Calendario que corre impío, robándose nuestra juventud, fuerza y vida. Sin embargo, esos mismos almanaques, no son capaces de llevarse ese doloroso recuerdo que conmemora aquella fecha. Y quien no comprenda el sustento de esta entrada, que no se apure en saberlo, porque todos tarde o temprano llevaremos en el alma, un treinta de septiembre.
ResponderEliminar¡Saludos!
(El dolor saca lo mejor o lo peor de las personas, en tu caso, las penas se vuelven arte)
Lo peor es que el almanaque se va llenando poco a poco de esos días tintados de un negro especial, brillante, ocupando nuestra atención por el resto de los años.
EliminarNo sé si es arte, me queda grande la palabra, pero este maldito dolor se obstina en ocupar el espacio de este callejón.
Gracias Juan Carlos, un cordial abrazo.