Quim Monzó "Ochenta y seis cuentos"
De un vistazo fugaz desde mi atalaya todo parece igual que siempre, una hora tras otra se sucede en la rutina de los días, siguen los mismos ruidos de coches que frenan como si quisieran evitar el borde de un precipicio, y ambulancias que anuncian las últimas horas de una vida. Las aceras siguen siendo el tablero de juego de los niños, y a veces llueve como todos los septiembres que recuerdo. Y hasta oigo a lo lejos una risa que se descorcha al anochecer, espantando del cielo las estrellas primeras.
Pero a poco que me detengo en las fachadas veo persianas con las pestañas bajadas, ahogando una lágrima al borde de la cerradura, almas de miradas perdidas en la nada gris del asfalto y caminos con meta en un cartel, que no llevan a ninguna parte. Los bancos de los parques no tienen edad para jubilarse y se tintan de futuro incierto y vaqueros rotos. La alegría parece fingida y se ahorra en ilusión tras la cerveza de una barra desierta. Parece que nos perdimos en un espeso bosque húmedo y sombrío, lleno de zarzas y hasta de arenas movedizas, y lo peor es que no contamos con ropa de abrigo ni calzado adecuado. Nos hemos sumergido en un negro fondo marino aun sin saber nadar, y no nos queda otra que agitar brazos y piernas para salir a respirar. En la superficie está nuestro futuro flotando a la deriva, esperando que lo llevemos hasta la orilla de una nueva isla. Porque el sol existe, aunque no lo veamos tras la espesura del bosque ni en la oscuridad del fondo del mar, y el final no será otro que volver a encontrarlo, redondo y amarillo, regalando luz y calor, en el centro del centro de todos los cielos, rodando por la línea que une los azules. Y saldremos a flote. De nuevo.
Estoy segura.
La esperanza, ni siquiera ahora, es una utopía.
ResponderEliminarEntre lo oscuro, o lo negro negrísimo, es una mota de luz brillante que deberá ir creciendo a la par de los días.
Los capricornios somos pesimistas de raza pero yo hasta eso me niego a aceptarlo.
Buen modo de contarlo, Elena. Me ha gustado.
Un abrazo, amiga
Así sea, Elena. Entre tanto un abrazo
ResponderEliminarJuan, todos sabemos que la esperanza cambió su color verde por el negro, y a nosotros toca devolver su primitivo color.
ResponderEliminarGracias por venir, un abrazo.
"Pos" venga ese abrazo Felipe.
ResponderEliminarHola mi querida Elena, desde luego has dibujado con pinceles unas imágenes dignas de la última etapa de la pintura de Goya. Te has olvidado de las risas de los niños, de las parejas de enamorados, de las madres que viven para sus hijos y de ti misma que formas parte del decorado y que tanta alegría y sonrisas tienes para repartir. Seguro que cuando te asomaste era de noche. Menos mal que yo, y como casi todos los que te leemos sabemos que eres un Sol, y como dices este nuestro “existe, aunque no lo veamos tras la espesura del bosque ni en la oscuridad del fondo del mar, y el final no será otro que volver a encontrarlo” No lo dudas, ni yo tampoco. Saldremos de la espesura que nos envuelve,
ResponderEliminarBesos
Katy, mis pinceles se empeñaron en colorear en tonos grises, pero no me resistí a un último brochazo verde esperanza.
ResponderEliminarTe agradezco la alta estima que me tienes y tu cariño.
Un beso.
Negro lo ves, el futuro y el presente, pero es mejor no mirar seguir arando.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo
Tella, negro lo pintan los expertos, y los demás nos hacemos eco. De todas maneras sé que saldremos de este agujero.
ResponderEliminarUn abrazo Javier.
Hola Elena!! Saldremos siempre a flote amiga!! Aunque esos días grises, monótonos nos visiten y parece que todo pierde luz, la esperanza siempre está dispuesta a extender la mano para sacarnos del pantano.
ResponderEliminarBesossssssss de luz
Elena, ¿ Cuantos nos quedaremos en el camino?
ResponderEliminarA mí me has descorchado tú, Elena, la alegría por inaugurar esta mañana y el placer de recostarme en tus palabras para degustarlas a lo largo de todo el día.
ResponderEliminarGabi, no sé si con la esperanza tan sólo podremos salir de esta crisis que algunos llaman de valores. Supongo que si aportamos el hombro también, será mucho más fácil.
ResponderEliminarUn beso.
Mamuma, espero que cada uno de nosotros encuentre su sitio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Francisco, tú si que acabas de alegrarme para todo el día.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.
Esperemos que llegue ese sol mas pronto que tarde, pero mientras tanto están ahí tus palabras haciéndonos compañía. Un abrazo
ResponderEliminarEso esperamos Chelo, que sea más pronto que tarde.
ResponderEliminarGracias por aceptar la compañía de mis palabras.
Un beso.
Pero Elena ¿Que te pasa? es un texto muy bonito pero tétrico, veras como un dia de estos nacera una estrella y te llegará su luz. Un beso.
ResponderEliminarA ver Curro, que yo estoy bien, pero parece que alrededor todo marcha a trancas y barrancas. Esa luz llegará, claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
AMÉN!
ResponderEliminarPero mira que escribes bien!
Y no hay coba en mis palabras, que yo de hipócrita no tengo ná de ná! Sincerité total!
Me gustan todas esas figuras que has utilizado para expresar lo que bulle en nuestros "adentros" y en nuestros "afueras"...
Cierto todo lo que dices, cierto. Saldremos a flote! (Eso mismo me digo y le digo a mi familia en estos días)
Un besote grande!
;)
necesitamos, sí, un rayo de esperanza, un soplo que nos anime. Muy bellas tus lineas, Elena
ResponderEliminarsaludos blogueros
Ay Edurne, que me vas a sacar los colores, gracias, eres un solete.
ResponderEliminarClaro Edurne, saldremos de ésta, como hemos salido de otras, no me cabe duda.
Un besote para ti.
José Antonio, al menos un rayo de esperanza, qué menos.
ResponderEliminarSaludos.
Seguro que sí Mª Carmen, además con ese piropo dan ganas de ponerse a trabajar, jajajaja...
ResponderEliminarUn beso para ti.
Todos los tiempos son difíciles, algunos más que otros, pero en eso radica la vida: en sortear dificultades. Si todo fuese bello y rosa, nos aburriríamos y terminaríamos, quizá, suicidándonos igual que los que ven todo totalmente negro y sin salida.
ResponderEliminarClaro, que todos tenemos derecho a disfrutar de la luz y de la esperanza, y también tenemos derecho de ponernos negativos y grises de repente.
Pero siempre, se puede salir a flote.
Abrazo!
Ya sé Cuet, pero parece que ahora atravesamos unos momentos cruciales en todo el mundo, y sólo con esperanza creo que no bastará.
ResponderEliminarPero en fin, no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante.
Un beso.
Siempre me gusta lo que escribes, pero hoy más incluso que otras veces.
ResponderEliminarMe temos que vamos a necesitar esos bancos en los parques para extender el periódico en busca de los anuncios de empleo.
Tawaki, usaremos los bancos de los parques para desplegar el periódico, vale mientras no usemos los bidones de las obras para dormir.
ResponderEliminarUn beso.