"Con la libertad, las flores, los libros y la luna,
¿quién no sería perfectamente feliz?"
Oscar Wilde
Hay días que no me habitan los relámpagos ni las nubes ocultan el color real de los rincones del cielo por dentro. Cuando abro la ventana puedo verlos bajando por los tejados de la ciudad, apresados por los cristales, contando sus pasos acelerados hasta agarrarse a los barrotes de mi terraza. Abajo todo continúa igual, la rutina con sus ruidos, las idas y venidas de una estación que se sabe de paso lánguidas y cansadas, soportando el peso del mercurio sobre los hombros. Y el olor de las flores escalando las fachadas desde la acera hasta mi cueva de puertas abiertas. La brisa avanza por mi cuerpo de puntillas y acaba enraizándose detrás de mis oídos, y me susurra que aún hay la suficiente luz para que la tarde siga latiendo en mis aurículas. Y me dejo llevar, cierro los ojos y ya no siento escalofríos, el tiempo ralentiza su marcha y dibuja una sonrisa invisible al borde del horizonte llenándolo todo y vaciando mi mente, y el silencio se enreda en un bucle de aire templado y de calma derramándose por mi espalda.
Mª Carmen, tras un paréntesis en que la lluvia y el viento cortaron el devenir natural de la primavera, parece que vuelve. Lo único que enturbia esos momentos es pensar que durarán poco, detrás del horizonte está el sol acechando, amagando con calentar como sólo él sabe por estas tierras.
ResponderEliminarUn beso.
jajajajaja, que guasa tienes, cómo se nota que la foto está sin preparar... el libro está al revés.
ResponderEliminarQue disfrutes del buen tiempo y la lectura.
Un besazo
Me has contagiado de tan bonito que lo has descrito...
ResponderEliminarYa quisiera yo ahora sentir esa calma, ya!
Precioso texto, intimista y poético amás no poder!
Un besote!
;)
Isra, tengo montones de fotos "sin preparar" porque mi hija está todo el día haciendo fotos y te puede pillar de cualqier postura. En pijama tengo muchísimas, jajajaja...
ResponderEliminarUn besote.
Edurne, ¡vente "pa" mi terraza! jajajajajaja...
ResponderEliminarUn besazo guapa.
elena, no dejas de sorprenderme.
ResponderEliminarSaludos
Mamuma, si es para bien, me alegro.
ResponderEliminarSaludos.
DOÑA ELENA
ResponderEliminarExplícame que tipo de ZEN practicas para sentir todo eso en tu cuerpo. Debe de ser una maravilla la sensibilidad que haces gala porque a mí lo único que me hacen sentir algo son las moscas que se posan encima ( ganas de achicharrarlas) o algún grano en el muslo o en el antebrazo que pica, e incluso la rasca que me hace estornudar, etc. etc.
Pero todo eso de la brisa y las nubes acariciando no se qué, no lo siento nunca.
Y pon el libro al derecho como te dice Isra.
Por cierto, estoy terminando COBRA y es fenomenal. No dejes de leerlo. Es lo más entretenido y de no dejarlo que puedas encontrar en libros.
...y el silencio se enreda en un bucle de aire templado y de calma derramándose por mi espalda.
ResponderEliminarCada que te leo me gusta mas lo que escribes y como lo escribes.
Esa calma que se derrama por tu espalda y que trasmiste al leerte me h allegado hasta aquí.
Un beso
Tella, es muy sencillo, verás, abro una silla de playa en la terraza, le pongo un cojín, coloco los pies en alto posándolos sobre la baranda y me pongo a leer. La temperatura acompaña.
ResponderEliminarAhora estoy con "Sobre héroes y tumbas" del recién fallecido Ernesto Sábato. De él sólo había leído "El túnel" y tenía interés por leer éste.
Apuntaré en mi lista "Cobra".
Ah, que sepas que también sé leer del revés, de ahí la postura de mi libro, jajajajaja...
Chelo, muchas gracias, pero me vas a sacar los colores con esas cosas que me dices.
ResponderEliminarGracias otra vez.
Un beso.
Portentoso, una mujer que está bién en pijama de rallas y que además sabe leer del revés no puede ser más que una "fenómena" jaja!!
ResponderEliminarAyyy!! Me parece que por tu tierra ocurre lo mismo que por aquí. Qué poquito nos duran los días de primavera y que miedo da el calor.
Un besote, maja.
Candela, no sé si estoy bien en pijama, pero cómoda, un montón.
ResponderEliminar¿Has visto qué fenómena? según como caiga el libro, así leo, da igual del derecho que del revés, jajajaja...
Sí hija, aquí la primavera dura un suspiro, pero ese suspiro merece la pena olerlo y disfrutarlo.
Un beso, fenómena.
Despues de leerte mi querida Elena yo también recuerdo esa brisa y esa calma que se nos viene dado muy de vez en cuando. Cerrar los ojos y no pensar en nada, una experiencia que nunca se olvida. Recogido este sentir por tus palabras dan ganas de sentarse a tu lado y compartir estas sensaciones.
ResponderEliminar"Ante mí el mar inmenso,
con el murmullo de sus olas,
en nadie, en nada pienso
sola, al fin sola…
Un beso a mi Nóbel
Cuando uno se abandona a la naturaleza y se deja poseer por ella, las sensaciones pueden ser infinitas y sumamente placenteras.
ResponderEliminar¡Genial, Elena, genial!
Que a gusto te veo Elena ¿tu eres la de la foto, verdad?
ResponderEliminarEn esa terraza, en esa postura tan cómoda, quien no puede dejar la imaginación volar.
Cuanta razón tienes en decir que la primavera en esta tierra pasa tan rápido que no la notamos,que pena, con lo bien que se está en ese tiempo que con una rebequita ya tienes bastante.
Un beso muy cariñoso para ti mi querida amiga.
Ay Katy, ¿te imaginas? tengo más sillas de playa, por si te decides, jeje.
ResponderEliminar¿Y esos versos? ¿son tuyos? desde ahora me los quedo para mí, porque si hay algo que me hace sentir bien es mi soledad buscada.
Gracias Katy, gracias, pero me exageres que pareces andaluza,jajajajaja...
Un besote.
Francisco, llevas toda la razón, además, esa naturaleza se hace más intensa en esta tierra en primavera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí Teresa, esa de los pelos desbaratados soy yo. Y sí que se estaba a gusto. Una pena que dure poco, pronto alcanzamos los 40º y ¡madre mía, qué sudores!
ResponderEliminarUn beso Teresa.
Aqui ultimamente la lluvia nos visita tarde o noche, con tormenta, si estas en casa es bonito verla caer, escuchando musica, con un libro..es genial...pero si es mientras voy en la moto al trabajo que cabreo pillo.
ResponderEliminarPrimavera
Derecho o reves... que mas da para para que te llenen todos esos sentimintos que me has transmitido.
ResponderEliminarUn abrazo, querida Elena.
Primavera, también las tormentas han hecho acto de presencia aquí las últimas tardes, pero ahora luce un sol espectacular.
ResponderEliminarSaludos.
Sylvia, que lo de leer del revés es una broma, no te lo vayas a creer, jajajaja...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Elena: entonces eres tú... la niña del pijama a rayas. Oye, muy buena esa prosa poética, que derrama sensibilidad y buen gusto, bien expresada la plenitud de la tarde que se respira sosegada y en paz.Qué envidia, ahora que ando yo un tanto perplejo y ansioso desde lo que me ocurrió la otra mañanita. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos blogueros
José Antonio, sí, soy yo, al final conseguí salir de aquel sitio horrible y me vine a mi terraza.
ResponderEliminarGracias por tus palabras tan generosas, no las merezco.
Por cierto, me has dejado intrigada, ¿qué te pasó la otra mañana?
Un abrazo.
Elena como siempre me dejeas con la boca abierta...que bonito describes esas placenteras sensaciones cuando uno está a gusto...jajaja.
ResponderEliminarYo siempre ando descalza y en pijama por casa, que es la mejor manera de estar.
Me ha encantado esta alucinante descripción...
Y el olor de las flores escalando las fachadas desde la acera hasta mi cueva de puertas abiertas.
Un beso guapa.
Sonrisa, yo ando siempre en pijama en casa, pero no descalza. Desde luego es como mejor se está.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, tú siempre tienes una frase amable para mí.
Un besote.
Se la ve bien relajadita!
ResponderEliminarEso está muuuuuuuuuuuy biennnnnnnnnnn!
(Lo que daría yo porque la parienta me dejase sentarme a leer un rato tranquilamente!)
Aspi, cualquiera diría que "la parienta" te tiene todo el rato trajinando con las tareas del hogar.
ResponderEliminarA mí no me ocurre nada de eso, pues "mi pariente" lee muchísimo más que yo, de hecho es lo único que hace en sus ratos libres.
Hola, Elena: es un poco largo de contar, en mi blog lo habrás leido. Muchas gracias por seguirme, de verdad. Me hice ya seguidor tuyo -soy josemp1961- y El callejón de la prisa está ya en mi escritorio, -me gusta- pero cuando lo hice no vi aumentar en uno más tu número de seguidores, ni el cuadradito mío sin foto. No sé. Me da como hecho ya. Así es que te sigo. Muchas gracias, Elena
ResponderEliminarJosé Antonio, te he leído muchas entradas, no todas, te pinchaba desde el blog de Tellagorri pues no era tu seguidora. Verás, sigo muchos blog y me resulta casi imposible seguir más, por eso no me comprometo poniendo mi foto en "seguir", pero si el blog merece la pena no dudo en hacerme seguidora, y éste es el caso de tu página.
ResponderEliminarTu prosa me ha convencido.
Gracias a ti.
Claro, con el jardín que tiene usted debajo de su terraza, no me extraña que "el olor de las flores escalando las fachadas desde la acera hasta mi cueva de puertas abiertas", le presten su frescor y hagan mas agradable la lectura.
ResponderEliminarUn abrazo
D.Manuel, y eso que no salen en la foto las flores de los arriates que tengo abajo en la acera.
ResponderEliminarUn abrazo.
La primavera puede ser como el ginseng de calidad. Reconforta sin estresar.
ResponderEliminarUn beso.
Lavela, como aquí dura poco, intento disfrutarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues por pitos o flautas, el caso es que no paro, y el tiempo libre hace tiempo que no sé cómo es.
ResponderEliminarMe contagiaste la sensación... yo creo que me iré haciendo un huequito en este fin de semana para tener un momento de calma.
ResponderEliminarSigo diciendo que escribes rebonito.
Un beso.
Cuet, siempre se pueden arañar unos minutos para la calma.
ResponderEliminarGracias.
Un beso.
Leyendote me ha venido a la mente ese patio cordobes lleno de flores, esas ventanas rodeadas de macetas y tú en una de ellas oliendo a primavera como un clavel acompañando a las flores. Un abrazo.
ResponderEliminarCurro, buen momento para acordarte de los patios cordobeses, estamos en plena fiesta. ¿Los has visitado alguna vez?
ResponderEliminarGracias Curro, y un beso.
Me encanta la poesía de tu prosa.
ResponderEliminarTu foto, una ilustración perfecta para la cita de Oscar Wilde (bueno, las flores se intuyen).
Parte de mi tiempo se lo dedico a las plantas, sobre todo a mis orquídeas ¡Cómo agradecen mis cuidados!
Suscribo las palabras de Oscar Wilde.
Gracias, Elena, por compartir tus experiencias.
Anónimo, las flores están abajo, en los arriates de mi acera. Y la luna estaba esperando para salir.
ResponderEliminarBuena afición para dedicar tu tiempo.
Un abrazo.
Pasé por aquí a impregnarme un poco de estas letras tuyas que se llegan a echar de menos.
ResponderEliminarUn beso.
Adelaida, a ti también se te echa de menos en esta casa.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Katy, ahora mismo lo recojo y lo llevo a mi slide.
ResponderEliminarUn besote.
Elena que bien sabes decir la cosas, que forma tan bonita de hablar de una tarde primaveral.
ResponderEliminarMe encanto.
Se nota que eres muy cuidada en todo, hasta los calcetines te hacen juego con el pijama jejeje.
Un abrazo, sigo en tu blog.
Luisa, gracias. A pesar de llegar tarde no te dejas sin leer ni los post atrasados.
ResponderEliminarTu generosidad no tiene límites.
Besos.