“Cuando uno es chico espera la gran felicidad, alguna felicidad enorme y absoluta. Y a la espera de ese fenómeno se dejan pasar o no se aprecian las pequeñas felicidades, las únicas que existen.”
Ernesto Sábato “Sobre héroes y tumbas”
Hoy me acordé de ti. Y sentí el pellizco que me devuelve una y otra vez a la inevitable realidad como una certeza de acero oprimiéndome las sienes. Porque si los años me trajeron nuevas risas, también borraron de mi paisaje algunas piezas imprescindibles en el caleidoscopio de mis recuerdos azules. Tú tenías la mejor sonrisa, la que siempre terminaba con traca final de fuegos artificiales, con desbandada de pájaros alocados incluida. Eras feliz atesorando detalles con trocitos pequeños de felicidad que son en realidad la única felicidad que existe. Siempre admiré en ti la alegría, tu forma de estrujar la vida como si no fuésemos a salir vivos de ella. Quiero pensar que la vida no te derrotó, eran tantas tus ansias por vivir que se te quedó pequeño este mundo y tuviste que inventarte otro en el que desplegar tus alas empapadas de ganas, y no pudimos seguirte. Olvidaste en el vuelo tus vestidos de flores y tus zapatos de tacón, la cerveza fría en la mesa y la esterilla para tomar el sol extendida sobre las baldosas grises de la terraza. Sé que no te conformas con la nada, imposible en alguien que hizo del optimismo su religión. Te imagino agarrada de su brazo paseando por las avenidas del cielo todas las tardes, mirando sus escaparates con renovado brillo en la mirada y pintándote para él la risa de rojo antes de que empiece el baile.
Ahora sí, desde aquí oigo la desbandada de pájaros de tu risa.
Elena, ¿Qué tal está tu madre? No será que......
ResponderEliminarHas escrito unas lineas preciosas sobre una mujer y tu reuerdo de su feliz sonrisa, de su ansía de atesorar momentos buenos.
Ese recordar es aconsejable y bueno para la salud mental porque al fin y al cabo lo único válido al final de una vida son............los recuerdos. De los momentos en que rozando lo feliz ni siquiera se daba cuenta uno.
Tella, mi madre está muy bien. La mujer de la fotografía es mi tía, hermana menor de mi madre y que hace varios años nos dejó.
ResponderEliminarMi relación con ella era muy especial, quizá porque sólo tenía hijos y yo me sentía como la hija que no tuvo.
Era una mujer guapísima y muy vitalista, disfrutaba de la vida "como si no fuésemos a salir vivos de ella"; y hoy me acordé de ella.
De vuelta de un pequeño descanso me encuentro con esta preciosa sonrisa.
ResponderEliminarEs tu madre la de la fotografía? Es guapisima.
Un beso.
Elena precioso homenaje a tu querida tia...bellisímo, con la poesia y los sentimientos a flor de piél.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valiosa compañia en mi blog estos dias.
Besos
Sonrisa, la mujer de la fotografía es mi tía, hermana de mi madre. Las dos eran guapísimas.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Maripaz. Hace tiempo que quería escribir algo recordándola, pero no me acababa de convencer lo que me salía.
ResponderEliminarUn beso.
TU RISA
ResponderEliminarQuítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace.
Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.
Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.
Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.
Un abrazo de días atrasados atrapado por la vida.
¡Qué bellísima imagen: "la desbandada de pájaros de tu risa". Un broche de oro para un bonito relato.
ResponderEliminarLuis, me has dejado sin palabras, con creces superas el post con tu comentario.
ResponderEliminarSiempre agradecida.
Un abrazo.
Gracias Francisco, lo que me dices tiene mucha importacia para mí viniendo de todo un poeta.
ResponderEliminarUn abrazo.
"La desbandada de pájaros de tu risa".
ResponderEliminarTe he leído hace un rato. Antes y ahora esa imagen se me ha hecho realidad.
Un homenaje precisos a tu tía, lleno de cariño, de ternura... Seguro que revolotean pájaros atu alrededor cada vez que la piensas, que la nombras.
Un beso!
Ah, por cierto, te pareces mucho a ella, y sí, era muy guapa!
;)
Gracias Edurne. Sí, cada vez que me acuerdo de ella me la imagino riendo, creo que en la risa sí me parezco a ella.
ResponderEliminarUn beso.
No sé si lo dejó escrito, pero tu tía te declaró heredera universal de sus momentos felices. Lo delatan las desbandadas de pájaros esas de las que tú ahora eres artífice. Sabia tu tía, me alegran estos recuerdos.
ResponderEliminarGracias :)
Nusa, no sé si es como dices, lo que sí es cierto es que nos reíamos mucho, con cualquier excusa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Intuía que era hermana de tu madre, porque habías subido una foto de la tuya.
ResponderEliminarBellísma era y es y será también en tu recuerdo. Lo que importa es esto último y emular esta actitudes que ensalzas de ella. "Hacer del optimismo una religión".
Es lo que queda y su risa contagiosa que seguro has heredado.
Un beso y feliz semana
Katy, mi tía disfrutaba de la vida en todos sus detalles, no pedía imposibles pero sí quería todo lo que estuviese a su alcance, incluso lo material. Daba gusto hasta verla beber una cerveza bien fría.
ResponderEliminarUn beso para ti.
Elena,
ResponderEliminarEn "El callejón de la prisa" también se oye "la desbandada de pájaros"
Anónimo, creía que sólo yo la oía. Me alegro de que tú también la disfrutes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay personas que transmite energía y ganas de vivir en su mirada y su sonrisa, se ve que tu tía era de estas personas, y dejo en tu recuerdo esa estampa de felicidad.
ResponderEliminarTe salieron del corazón estas letras y tu tía, estará orgullosa allí donde este, de su sobrina que seguro fue muy especial también para ella.
Un abrazo amiga, cuídate.
Así era Cordobesa, era difícil estar triste a su lado, desprendía vitalidad y te contagiaba.
ResponderEliminarUn beso.
También pensaba que se trataba de tu madre y me he preocupado.
ResponderEliminarTenías una tía muy guapa, y las letras que le dedicas son bellísimas y llenas de música, y de color. Me ha hecho recordar cuando, de pequeña, miraba a mi madre arreglarse, pintarse..y sobre todo sus tacones, me encantaba.
Gracias por traerme esos bonitos recuerdos Elena, eres única.
Un beso.
Candela, a mi madre ya le dediqué otra entrada y puse una foto suya, también era muy guapa. Se ve que la fea de la familia soy yo, jajajaja...
ResponderEliminarMi tía era muy presumida, se arreglaba todos los días y en verano se preocupaba de estar morena aunque no fuese a la playa.
Gracias Candela, por los piropos.
Un beso.
Elena, yo también escucho pájaros de la risa, en tu blog.
ResponderEliminarsaludos
Me alegro, Mamuma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya Elena, por lo que veo, las mujeres de tu familia han sido y seguirán siendo hermosas.
ResponderEliminarEscribes una frase de la que me he enamorado: "eran tantas tus ansias por vivir que se te quedó pequeño este mundo y tuviste que inventarte otro.." Tantas personas que se inventan otros mundos... quiero pensar que nos están preparando una maravilla para cuando a nosotros nos toque ir.
Abrazo.
Guau¡¡¡, lo has bordado Elena, ""Tú tenías la mejor sonrisa, la que siempre terminaba con traca final de fuegos artificiales, con desbandada de pájaros alocados incluida"", me descubro ante la forma en que describes una sonrisa. Me ha encantado este canto de alegría en recuerdo de tu tía, y es que la vida esta llena de esas sonrisas que no apreciamos pero que echamos de menos cuando nos faltan.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuet, ¿te imaginas que sea así como dices? y nosotros aquí con miedo a lo desconocido. Ojalá los volvamos a ver.
ResponderEliminarY sí, las mujeres de mi familia son muy guapas, la más fea soy yo, soy un paréntesis entre mi madre, mi tía y mi hija.
Un beso.
D.Manuel, me he limitado a contar una realidad, la risa de mi tía era su mejor presentación. Siempre la recuerdo riendo. Bueno, también tenía su genio, jajaja...
ResponderEliminarUn abrazo.
" Tus alas empapadas de ganas..."
ResponderEliminarPreciosa evocación, Elena, porque consigues darnos una imagen muy viva de ella, de su torbellino, de cuanto la admiraste.
Saludos blogueros, Elena
Gracias José Antonio.
ResponderEliminarMe satisface saber que lo consigo, al menos lo intento.
Saludos.
He intentado destacar alguna frase pero es que es tan denso que no se cual coger.
ResponderEliminarSeguro que ella , desde donde esté, sonrie al leerlo . Un beso
Chelo, si es así, doy por bueno el texto.
ResponderEliminarUn beso.
Elena, al principio me he asustado pensando otra cosa, pero al leer los comentarios ya pude ver que se trataba de tu tia que aunque para ti, como nos dices, fué una persona muy especial.Era una mujer muy guapa y con una gran sonrisa.
ResponderEliminarLe has hecho un hermoso homenaje y segura estoy que desde el Cielo ha sido la primera en aplaudirte. Un beso muy grande para ti amiga.
Teresa, ya hace varios años que nos dejó, pero yo me acuerdo mucho de ella, nuestra relación era muy estrecha y la echo de menos.
ResponderEliminarUn beso para ti.
El recuedo es el cordón umbilical que nos permitirá reengancharnos, algún día, con nuestros seres queridos.
ResponderEliminarNadie que haya vivido así puede dejarnos del todo.
Un beso.
Ya se nota que la querias, ya, y que guapa era tu tía, una mujer como esas que se dicen de bandera y creo que algo sacaste tu de ella. Un saludo.
ResponderEliminarTawaki, pienso lo mismo que tú.
ResponderEliminarUn beso.
Curro, sí que era guapa, y siempre estaba bien arreglada. Y sabes lo que dicen, afortunados los que se parecen a los suyos.
ResponderEliminarUn beso.
Coincidimos Mª Carmen, esas fotos son muy especiales, me encanta ver fotos antiguas.
ResponderEliminarUn beso.
¡¡Uy!!!
ResponderEliminar¿Tu un patito feo?
Ni de coña...
:D :D
Jajaja..., gracias Candela, pero sólo me conoces por fotos y siempre se cuelgan en el blog las más favorecedoras, jajajaja...
ResponderEliminarFelices recuerdos. Gente que vive el día. Pero... ¿acaso hay avenidas después?
ResponderEliminarUn abrazo.
Lavela, algunos dicen eso, y algunos queremos creerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.