“El pesimismo sólo nos deja ver las espinas en los rosales, la muerte en el hombre, la carne en el amor. Alimentados de pesimismo no vivimos la vida, la sufrimos.”
“La sombra del ciprés es alargada” Miguel Delibes.
Extraña esta sensación que no me deja ser. Extraño este nudo en la garganta que me impide sentir, vivir a corazón abierto. Extraño este miedo que frena mis ganas de avanzar, que me arrincona contra la pared de lo posible. No sé si serán los años que llevo clavados entre los ojos como una amenaza, la inercia de la costumbre o la inevitable madurez sobre la que cabalgan mis días lo que me lleva a rastras, como si mis pies fueran de plomo, como si mi cuerpo fuera por su lado y yo por el mío. Qué difícil se lo estoy poniendo a mis huesos, qué difícil tirar de un espíritu convertido en lastre, cómo pesa este pesimismo en el que voy girando sin proponérmelo. Cómo pesa el miedo.
Ahora es fácil entender por qué de niño se es feliz, nunca tienes conciencia de que tu mundo es finito y se esfumará como diente de león arrastrado por el viento.
Mis pensamientos se van a negro, y pienso en el carácter efímero del tiempo, de la vida; en el sutil, débil, casi invisible hilo que nos sostiene, y lo terriblemente frágil y quebradizo que es el mundo que nos hemos creado. Lo fácilmente que todo se puede derrumbar, en segundos. Sentir la alegría a medias, con la certeza de que no es posible sin el dolor que nos acecha. Poner todo el empeño en vivir a conciencia y empeñarme en destrozar el milagro.
Vivo en el miedo, y este miedo no me deja vivir.
Afortunadamente no cerraste el blog, Elena, amiga mía, para deleite profundo, aunque distante, de una lectura sosegada y profunda. Dijo Jesús, en quien creo, que tenemos que hacernos como niños para poder disfrutar el reino, y así es también en esta vida terrena: si no eres como niño, si no te desprendes de tanto prejuicio y tantos agobios, es difícil gozar de un instante en la tierra. No podemos vivir en un laboratorio, en el ideal de un tubo de ensayo, pero de vez en cuando tenemos que despeinarnos, patalear los charcos y mancharnos de barro. Felicidades, Elena, gracias por continuar.
ResponderEliminarUn beso.
No, no cerré el blog, escribo muy poco, una o dos veces al mes, pero a ti se te hace más largo porque la anterior entrada no la viste, creo.
EliminarPensar en lo efímero de la vida, en el dolor que de repente puede llegar disfrazado de mil maneras, es lo que entristece mi día a día que no tiene motivos para la tristeza.
Un abrazo Fco.
Estamos con el mismo traje, querida Elena...
ResponderEliminarVeremos cómo despojarnos de él!
Un fortísimo abrazo!
;)
Mucho me temo que la tarea se presenta ardua.
EliminarBesos Edurne.
Que decir de un sentimiento, de una vivencia, de un ser y estar en el mundo...
ResponderEliminarSolo se puede compartir la propia experiencia. He pasado por todo esto y ahora estoy en paz con la vida, dure lo que dure. Nuestra naturaleza es efímera como lo es todo lo que nos rodea. Podríamos hacerlo mucho mejor y disfrutar de cada instante pero nos empeñamos en destrozar todo lo que se nos ha dado para ser felices. Solo queda dar lo mejor de nosotros mismos a los nuestros, a los cercanos y si podemos a los lejanos también.
Si a veces te sientes triste y la vida se hace cuesta arriba en momentos puntuales tienes mi cariño y amistad si te sirve;.)
Bss
Claro que me sirve Katy, sabes que me sirve tu amistad.
EliminarNo sabes cómo envidio tu filosofía ante la vida, trato de ponerla en práctica pero no siempre me funciona. Tú has dado en la clave cuando dices:" Podríamos hacerlo mucho mejor y disfrutar de cada instante pero nos empeñamos en destrozar todo lo que se nos ha dado para ser felices." Justo esto es lo que pretendo decir en el post, tú lo has dicho mucho mejor que yo.
Un beso.
Hola, he iniciado un blog con un proyecto en mente: escribir 365 relatos breves en un año, uno por día. He encontrado tu blog navegando por internet. Me gustaria añadirte como blog que sigo. Qué te parece si te das una vuelta por mi blog y decides si me sigues tú a mí también? Mi blog es: http://pepitas-de-oro.blogspot.com.es
ResponderEliminarTe animo con tu reto.
EliminarMe pasaré por tu blog.
Saludos Rubén.
Me han gustado tu EXTRAÑO MIEDO.
ResponderEliminarSiempre pensando anticipadamente. Ese miedo a preocuparse por lo que pueda pasar no nos deja vivir el presente y disfrutarlo cuando todo va bien.
Besos Elena.
Has captado perfectamente lo que pretendo contar en el post.
EliminarGracias Rafaela.
Un beso.
A pesar de la tristeza que emana, qué hermoso y elegante texto. Ultimamente estoy como tu. Pienso en mis sueños de juventud y me enfrento cara a cara a mis fracasos. El tiempo pasa demasiado deprisa y piensas -sabes- que alguno de esos sueños jamás se cumplirán. Por eso, vivo al día, disfruto del sol, de las letras, de conseguir llegar a fin de mes por los pelos. Así es la vida. Un abrazo.
ResponderEliminarEl tiempo corre demasiado deprisa, tanto que con sólo pensarlo me resulta difícil disfrutar el presente plenamente.
EliminarGracias por tu visita.
Un abrazo.
No es el miedo el que nos atenaza sino el cansancio de andar caminos. Pero gracias a escritos como el tuyo merece la pena andarlos y escribir sobre ellos...aunque sea con dos dedos.
ResponderEliminarGracias, Elena
Parece mentira la de cosas que se pueden decir con dos dedos ¿verdad José Antonio?
EliminarUn abrazo.
A veces nos encerramos en una vida que no es la nuestra, debemos abrir las ventanas y mirar mas lejos, Siempre se puede cambiar de zapatos. Pero como escribo sin saber de que escribo, no se si acierto o me equivoco. Una cosa tengo segura si necesitas algo yo estoy aquí. Abrazos los que necesites.
ResponderEliminarGracias Ester, en realidad no necesito nada que no tenga, tampoco me ocurre nada grave, solamente dejo que el pensamiento escriba solo y esto es lo que resulta.
EliminarUn beso.
Hola Elena. Pienso que el miedo lo llevamos todos adentro, hay días que se vuelve oscuridad en el alma y no distinguimos los colores que nos ofrece la vida. No es fácil llevarla adelante, pero siempre hay un lugarcito en el alma que nos dice es un día más, porque no aprochechamos a vivirlo, si todo pasa tan rápido y tal vez encontremos la forma de perder el miedo que nos acorbarda y nos paraliza, habiendo cosas bellas que ése maldito miedo no nos deja ver.
ResponderEliminarArriba ése ánimo mi amiga, hay muchos colores, no todos son oscuros.
Un cálido abrazo.
Créeme que lo intento, lo que pasa es que sin darme cuenta el pensamiento va por libre y piensa lo que no quiero. Ojalá sólo fuera capaz de ver los colores hermosos.
EliminarUn abrazo Roberto.
Elena, es verdad que el tiempo nos hace sentirnos mas debiles e inestables pero no debemos dejarnos llevar por el pesimismo, cuando yo me siento asi pienso en otras personas que estan peor y que mis dolencias no son tan importantes.
ResponderEliminarVenga, ánimo, si tenemos algun dolorsillo nos tomamos un parasetamol y adelante.
Un beso muy grande amiga mia.
Ojalá los males del pensamiento se curasen con un paracetamol.
EliminarUn beso Teresa.
Pues sí, quizás en tiempos pasados pasase lo mismo, no lo sé; pero en los actuales, tan trepidantes, tan tecnológicos, en los que el planeta tierra se nos ha quedado pequeño, al que le damos la vuelta, no en ochenta días, sino en unas pocas horas; en un mundo en el que llegamos a creernos dioses porque creemos tenerlo todo bajo control, a dominarlo todo, apenas somos capaces de comprender que nos somos tanto como creemos, que somos un suspiro en el tiempo, y que, como dices, basta un instante para que lo que es, deje de serlo sin darnos cuenta. Felices los niños que no son capaces de pensar en eso..., todavía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué gran verdad, somos tan insignificantes como una gota de agua dulce en el mar.
EliminarLo ideal sería ser adulto con pensamientos de niño.
Un abrazo Dlt.
Yo también quiero agradecerte que no hayas cerrado tu Blog , aunque escribas solo cuando te apetezca o sientas necesidad de decir algo .Aunque tardes en venir y o te espero siempre con ilusión y alegría y cuando veo que escribes siempre intento venir lo más pronto que puedo , hay veces como ahora que estamos tan liadas en el Cole ( con las notas etc de S.Santa) que tengo que decir " Ahora mismo me pongo a comentarle a Elena" y aquí estoy. Se que con los años nos volvemos más pesimistas , con más miedos , a mi me pasa igual y tampoco es malo , forma parte del proceso de la vida , tu has escrito lo que sientes y como te sientes y me parece muy bien , has "volcado" aquí algo de lo que sientes y seguro que te ha servido para sentirte un poco mejor , cuando una suelta algo que lleva por dentro siente un cierto alivio ¿a que si? . Ese miedo a lo que puede pasar , a lo que nos puede pasar lo tenemos todos y tu has tenido la valentía de confesarlo porque es humano tenerlo . Te comprendo muy bien , Elena , aunque de la impresión de que no. Un abrazo grande .
ResponderEliminarGracias Charo, quizá sea eso que dices y con la edad nos volvemos más miedosos, más pesimistas ante el futuro.
EliminarUn beso.
Cuñada... que ando yo buscando a mis musas dispersas por sus escondites y te leí el mes pasado "viviendo a conciencia" no quiero leerte ahora viviendo en el pesimismo...un beso fuerte.
ResponderEliminarEsto va por rachas, de todas formas ya sabes que cuando se deja vía libre a las yemas de los dedos...
EliminarUn beso Ana.
Llego tan tarde que ya te han dicho todo.
ResponderEliminarEn lo del blog, ahora te entiendo perfectamente, me empieza a pesar bastante y hay que distanciarse un poco, sin cerrarlo por lo que pueda pasar.
Tus pensamientos no debn vagar en negro mientras tengas una pluma instalada entre tu dedo indice y el pulgar.
Serena y estupenda reflexión la qu eno sdejas.
Un abrazo.
Tardía o temprana tu visita siempre es recibida con gozo en esta casa.
EliminarUn beso Chelo.
Creo que deberías cambiar de pensamientos; quizás de libro de cabecera por muy excepcional que sea esa obra de mi admirado Delibes. Y más ahora que llegó la primavera!
ResponderEliminarTomo nota y te haré caso.
EliminarUn beso Tawaki.
fantastico haberte encontrado
ResponderEliminartu estilo de letras
UNICO
Gracias Recomenzar.
EliminarBienvenida, estás en tu casa.
Créeme Juan Carlos, no me considero ni más ni menos guerrera, ni más ni menos luchadora que nadie, soy una persona de tantas que vive, unas veces con satisfacción y otras a trancas y barrancas, la vida que le tocó vivir. No tengo mérito alguno. Sí me considero privilegiada por las amistades que este callejón me trajo hasta aquí, las (te) disfruto como no tienes idea.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Elena, estoy de acuerdo contigo, a veces no vemos lo que tenemos delante de nosotros, y debemos alejarnos un poco para ver la vida desde otro ángulo. Lo que creo es que también aquellas personas que sienten desde el alma que deben tener una pluma entre los dedos, tienen otra ventaja, nunca se encuentran solos, y como dijo el poeta, si me falta la tinta, lo hare con la sangre de mis venas.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por tu poema tan lleno de lirismo.
Qué gran verdad, escribir lo que se siente es una forma de desahogo.
EliminarUn abrazo Ángeles.
Se me había pasado esta entrada tuya tan llena de pesimismo. Se me ha quedado clavado el párrafo final: "Vivo en el miedo, y el miedo no me deja vivir".
ResponderEliminarSólo sé decirte que vivas, con tus miedos, con tus angustias, pero que vivas tu vida para ti. Si te anima, piensa en esos amigos que esperamos tus palabras desde el otro lado de la hoja. Besos desde mi mejana
Gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo Felipe.
No quiero ser, pero lo soy, pesada, te dejo un abrazo y me voy.
ResponderEliminarTú nunca eres pesada. Tomo el abrazo con mucho gusto.
EliminarUn beso Ester.