Qué no daría yo por empezar de nuevo
A pasear la arena de una playa blanca
Qué no daría yo por escuchar de nuevo
Y esa niña que llega tarde a casa.
Y escuchar ese grito de mi madre
Pregonando mi nombre en la ventana
Mientras yo deshojaba primaveras
Por la calle mayor y por la plaza.
Rocío Jurado "Qué no daría yo"
Juntas en Fátima (Portugal)
Hay días en los que tienes la sensación de vivir en dos mundos al mismo tiempo y a la vez muy distintos entre sí, el de afuera y el de adentro. Hoy ha sido uno de esos días raros, y como cuando el sol sale y al poco se esconde detrás de una nube a reponer fuerzas para seguir vivo, yo he pasado de mi mundo de adentro al de afuera, huyendo hacia el exterior, como el sol, para seguir viva.
Hay mundos que se presentan amables pero en realidad no lo son, te atraen hacia adentro, te succionan, y una vez te tienen agarrado el corazón, te dejan abandonado, solo, y no te queda más consuelo que lamerte las heridas y volver a recoger todos los cristales en que se rompió tu corazón, como la última vez, como siempre.
Hoy traté de escapar, lo intenté antes de notar el primer crujido rebotando en las paredes internas de mi pecho, pero ya era tarde, ni siquiera tuve tiempo de encontrar una fotografía en la que las dos estuviéramos bien, serenas, juntas, para enseñarla y gritar al mundo que fuiste grande, mi guía, mi ejemplo único y mi verdadero sostén cuando las fuerzas dudaban. Que aunque estés lejos, te siento más cercana que a algunos seres que a veces tengo sentados a mi lado. Que te quiero, aunque eso ya lo sabes, pero hoy quería decírtelo de una manera muy especial, desde mi mundo de adentro, pero allí sólo encontré desamparo, soledad, y un silencio sólo roto por el crujido de los añicos en que se resquebrajaba mi corazón y un eco lejano que me recordaba que ya no estás.
Ahora no sé si estoy en mi mundo de adentro o en el de afuera, aún ando recogiendo trozos y recomponiendo lo que hace tiempo dejó de ser un corazón intacto, entero, sin tiritas y sin mellas. A pesar de todo, la vida te regala de vez en cuando momentos, instantes indescriptibles, la sensación de que estás, da igual en qué mundo pero a mi lado, y que me permite decirte MAMÁ, TE QUIERO.
Elena, esto que has escrito con el corazón y sus trocitos, es todo sentimiento, todo emoción.
ResponderEliminarElla lo sabe!
Un beso enorme!
Gracias Edurne. Cuando se siente con fuerza, sólo hay que poner el corazón en las palabras.
EliminarUn beso.
Me he acordado hoy de ti especialmente.
ResponderEliminarEl mundo de dentro y el de fuera se tambalea cuando las situaciones nos sobrepasan. Y una madre es una madre. Lo bellos es que tienes esos recuerdo que nadie te puede arrebatar aunque ella esté en en el otro plano.
Preciosa tu dedicatoria Elena se ve cuanto la has querido.
Bss
P.D. Llevamos 10 días en el hospital con mi madre y hoy día de la madre este año todavía pudimos estar junto a ella.
sentada a su lado.
Oh, cuánto lo siento Katy, no tenía ni idea de que estuvierais en el hospital. Espero que no sea nada grave y pronto estéis en casa.
EliminarBesos, de corazón.
En estos días nos atrapan los recuerdos, y lo mejor es que no deseamos desembarazarnos de ellos. Lo mío está mucho más lejano en el tiempo pero presente igual en el corazón. Felicidades mamás. Un beso Elena
ResponderEliminarNo podemos desembarazarnos de los recuerdos, es lo único que nos queda.
EliminarUn abrazo Juan.
Un buen desahogo, soltar un MAMA, TE QUIERO. Creo que has dicho cosas muy bonitas y llegarán a donde van dirigidas, y aunque todos los días recordamos a las madres este día sirve para que todos sepan que las queremos. Un abrazo grande
ResponderEliminarEs la esperanza que nos queda, que llegue ese mamá te quiero, por muy lejos que hayan ido, pues a veces, casi siempre, las sentimos a nuestro lado.
EliminarUn beso Ester.
Elena, emocionan tus palabras al recordar a tu madre... no te encierres en dolores, .abre
ResponderEliminarésas puertas que solo tu tienes las llaves, afuera hay cosas bellas que aún te esperan, no pierdas las esperanzas comprende que la vida no siempre nos regala lo que queremos, también hay que ayudarla a buscar caminos nuevos, sin olvidar los hermosos recuerdos que guarda nuestro corazón, a veces en "tiritas".
Un afectuoso abrazo, que tengas una linda semana. ¡Arriba ése ánimo!.
Roberto, la vida nos guarda grandes cosas, pero también momentos muy dolorosos imposibles de olvidar. Seguir adelante es nuestra misión, lo único que da sentido a la vida.
EliminarUn abrazo.
Esto sin duda alguna lo has escrito desde tu corazón , Elena . Ciertamente la vida nos depara momentos de un gran dolor , de perdidas enormes pero. Elena , tanto tu madre como la mía ( y como mi padre) nunca se fueron , es decir, se fueron físicamente y no le vemos , pero están ahí , a tu lado . El cuerpo solo es por decirlo de alguna forma " el traje" que se nos da para hacer nuestro papel en el gran Teatro del Mundo , el traje se estropea, pero el espirítu , la esencia de una persona nunca muere , porque es eterna . Ellos están con nosotros los veamos o no , así lo siento yo y estoy segura de que están a nuestro lado siempre y en todo momento y nos ayudan aunque creamos que no .Ahora nos toca a nosotras seguir adelante y saber sentirnos rodeadas por su amor incondicional. Un abrazo grande
ResponderEliminarEstas cosas siempre se escriben desde el corazón o se notan falsas.
EliminarEs a lo que nos agarramos, una simple esperanza, que estén a nuestro lado aunque no los veamos.
Un beso Charo.
Elena, un recuerdo muy querido a tu madre. Ella, segura estoy, lo habrá leído pero te estará diciendo que sigas adelante, acordándote, por supuesto, pero que seas feliz y aceptes su ausencia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amiga mia.
Aceptar, eso es lo que cuesta tanto trabajo, pero lo único que se puede hacer para seguir.
EliminarUn beso Teresa.
Precioso recuerdo para tu madre. Creo que siempre repito lo mismo, que suerte tuviste de poderla disfrutar por tantos años.
ResponderEliminarUn beso Elena.
Yo hubiera querido que hubiesen sido muchos más.
EliminarUn beso Rafaela.
Hoy sólo tengo ganas de hacer mías tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tuyas son.
EliminarUn abrazo DLT.
Me apena llegar tan tarde, Elena, y no sé si podrás perdonármelo. Yo no me perdonaría haberme perdido esta carta maravillosa a la que me dispongo a firmar en una esquinita para dedicársela también a la mía. Las madres no se van nunca, como tú no te irás nunca de esta página para dejarnos regalos espaciados y bellísimos. Tienes una prosa prodigiosa y lo sabes.
ResponderEliminarBesos
Bueno, me lo pensaré, eso de perdonarte tu tardanza, jeje, es broma, no pasa nada, aquí estás, has llegado, y como siempre para dejarme un piropo, tú siempre tan generoso. Gracias.
EliminarUn abrazo Francisco.
Entro, salgo, vuelvo a entrar y no sé que decirte sólo que me gustaria ser capaz de escribir algo así.
ResponderEliminarTu madre, desde donde este seguro que lo ha leido. Un abrazo
No me seas modesta Chelo, tú eres capaz de escribir cosas, no sólo ingeniosas, sino muy hermosas. Sólo hay que pasarse por tu blog.
EliminarDe todos modos gracias.
Un beso Chelo.
En mi patria mañana es el día de las madres (en el tuyo por lo visto ya pasó), vine a tu espacio para saludarte y encontré esta belleza entrada que me obliga a comentar.
ResponderEliminarLas madres no mueren, se glorifican (que es diferente), porque su amor no conoce límites ni final, por ello sin importar las distancias, lugar, espacio, ni tiempo, su amor siempre te acompañará. Madre, amor diferente que no se marchita con el tiempo, ni termina con la muerte. Tú la sientes dentro de ti, porque en realidad tú eres parte de ella, carne de su carne, amor de su amor, te llevó en su vientre por nueve meses, pero por siempre habitaras en su corazón. “Madre de lujo” (las dos).
¡Saludos inmensos desde Lima, Perú!
Hola Juan Carlos.
EliminarComo siempre poco que añadir a tu comentario, sólo que ya me gustaría sentir ese amor de madre de una forma tangible, sensorial, tactil, y eso ya no puede ser.
Un abrazo, y feliz día de la madre en tu Lima querida.
Que no daría.......yo también.
ResponderEliminarPrecioso Escrito dedicado a esa Perdida tan Dolorosa.
En ese mi mundo interior y en el de fuera, es todo desolación y tristeza. Pero el Mundo que no entiende de dolor, hace que la Vida sigue y hay que ponerse la sonrisa al salir de casa.
He tomado tu dirección del blog de nuestra amiga Ester.
Saludos, manolo
http://marinosinbarco.blogspot.com.es/
.
Hola Manolo, bienvenido.
EliminarPonerme la sonrisa es lo que hago, no se entendería la vida de otra forma.
Un abrazo.
Todos@s mis seguidores@s tenéis una flor dedicada en el Jardín de mi Blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Charo, ahora me paso.
EliminarUn beso.
Hola Elena
ResponderEliminarPreciosa dedicatoria, lindos recuerdos teñidos de amor y de dolor. Hasta aquí han llegado algunos cristalitos de ese corazón roto, no te los puedo devolver, han quedado clavados en mi corazón, los cuidaré con mucho amor.
Un beso.
P.D. Ya nuestra madre esta en casa siguiendo su recuperación, espero que nos acompañe durante algún tiempo más...
Hola María.
EliminarGracias por tu visita y comentario.
Sí, ya sé que tu madre está en casa de nuevo, ojalá sea por muchos años.
Un beso.
¡Ostras! que se me pasaba tu entrada. No la habia visto.O a lo mejor si, lo que pasa es que ultimamente estoy un poco desconcertada debido a las ultimas noticias de la enfermedad de mi hermana.
ResponderEliminarUna preciosa dedicatoria a tu madre, a esa madre que todas llevamos en el corazón y a la que nunca se le olvida.
Un fuerte y calido abrazo
Hola Nerim.
EliminarEs ardua tarea seguir muchos blog, leerlos, comentar y responder a los del propio. No pasa nada, no es obligatorio comentar.
Un abrazo.
PD.- Espero que tu hermana se recupere.
(perdón si este comentario aparece duplicado)
ResponderEliminarComo siempre, Elena, tus dulces palabras para los seres queridos. Tengo que seguir felicitándote, por lo que escribes.
Hacía mucho tiempo que no había vuelto a tu cuaderno y lo he hecho por necesidad al haber estado duarante bastante rato leyendo y recordando lo que unos días ya pasados, escribía en el mío y que siempre con generosidad compartías, hasta que por motivos que ya nada importan, desapareció. Ha sido bonito volver a tiempos no muy lejanos que me han hecho recordar muchas momentos muy agrdables. Por si recuerdas mi nombre, que creo que sí, te mandan un cariñoso abrazo, Fernando y Álvaro Tilo.
Hola Fernando.
EliminarClaro que sí, no me olvidé de ti. Ya ves, esto del mundo bloguero da tantas o más vueltas que el mundo real.
Me gustó saludarte.
Un abrazo y gracias.
He estado unos días de viaje un tanto descolocado respecto a mis actividades blogísticas y, al regresar, me encuentro con esta entrada tuya tan emotiva, tan del corazón. Gracias, Elena, por hacernos partícipes de estos sentimientos que son un soplo de frescura en en esta calurosa vorágine que vivimos. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarEso está bien, mientras el cuerpo aguante no hay mejor manera de vivir que viajando.
EliminarGracias.
Un abrazo Felipe.
Elena, cuánto tiempo sin visitar tu casa. me alegro de estar de nuevo por aquí y me has dejado con un nudo en la garganta. Yo también hecho mucho de menos a mi madre.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte
Hola Mª José.
EliminarSiempre serás bienvenida a esta casa.
Gracias por tu comentario.
Un beso.
Siempre nos ha de llenar de nostalgia y tristeza, aquellos tiempos idos y aquellos seres que como una madre; son irremplazables y a la vez en medio de su ausencia, siempre estan presentes y son nuestro punto de partida y tambien el de llegada.
ResponderEliminarMuy sentido tu recuerdo y que tambien me alcanza, como a muchos.
Un abrazo Elena.
Como bien dices siempre están, aunque la ausencia sea una realidad.
EliminarUn abrazo Pluma.
¡Hola Elena!
ResponderEliminarSi me permites, cambie la direccion de mi blog, para hacerla mas simple, pero veo que hay quienes no pueden entrar, si es tu caso te pido disculpas y me permito darte la nueva direccion.
http://plumaydata1.blogspot.ca/
Gracias y disculpa por el error.
Un fuerte abrazo.
Hola Pluma.
EliminarSí, la verdad es que cuando intentaba entrar en tu blog no podía, me salía una ventana indicándome que había sido eliminado.
Un abrazo.