martes, 18 de diciembre de 2012

RARO

“Mas sólo conservando una niñez eterna en el lecho del alma, sobre el cual se precipita y brama el torrente de las impresiones fugitivas, es como se alcanza la verdadera libertad y se puede mirar cara a cara el misterio de la vida.”
                                    Miguel de Unamuno “Recuerdos de niñez y de mocedad”



Todo se ve raro después de andar dando tumbos por los calendarios ya pasados aunque nunca olvidados. Ya no busco musgo hacia el norte ni piedras con ojos y brazos en los fríos patios traseros de los bloques del colegio. A mi árbol pobre de papeles de seda y huérfano de espumillón de colores le brotaron decenas de manzanas doradas y campanas con badajo. La chimenea que calienta el cuarto trastero de mis recuerdos hace tiempo se apagó, dejando sus cenizas para regocijo de mi memoria en estos días -dicen- tan especiales. Las delicatessen nunca me sabrán tan dulces como aquellas nueces recién fritas o las tortitas sin chocolate de antaño. Todo se ve raro. Ya no espero, ni con alegría ni con tristeza, lo que a los ocho años vivía con el corazón afuera y los brazos abiertos regalando abrazos.
Qué raro, hubiera apostado mi vida a que la ilusión nunca se la llevaría los años. 
                                                         
                                                  ********************* 
PD.- A pesar de los años nuevos, distintos, raros, la vida no nos perdonaría que la dejásemos de sentir. Así pues, celebremos.
Os deseo a todos una Feliz Navidad.

jueves, 6 de diciembre de 2012

VEN A MI PATIO

                                           “En una rosa caben todas las primaveras”
                                                                                   Antonio Gala.



Hace frío, ahí fuera las calles parecen congeladas, estamos en diciembre y es lo que toca, una helada recostada sobre los tejados por la noche y un viento fino que te corta la piel al amanecer. Apenas nadie rompe la fotografía que veo desde mi ventana, el cielo gris pesa sobre las aceras húmedas de la ciudad y el silencio se toca con las yemas de los dedos.
Se podría pensar que todas las ciudades se parecen así congeladas, un día que amaneció feriado de norte a sur, pero no, hoy Córdoba amaneció en primavera, huele a clavel y gitanilla, diciembre se tornó mayo y sus patios despertaron en una explosión de color.

Hoy celebramos el reconocimiento a una labor callada de decenas de familias que año tras año han cuidado los patios de sus casas y los han abierto al exterior de manera desinteresada.
Córdoba suma su “Fiesta de los Patios” a la lista de “Patrimonio inmaterial de la Humanidad” de la UNESCO.
Esta ciudad nunca defrauda, nunca deja de sorprender, y es de justicia reconocer que estoy muy orgullosa de vivir en la única ciudad del mundo con triple “Patrimonio de la Humanidad”, la Mezquita, su Casco Antiguo y la Fiesta de los Patios.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

PARA TODO O PARA NADA

“El mayor éxito ante un auditorio siempre le corresponde no al mejor, sino al más nuevo de los cantos.”      “La Odisea”

Ojalá me equivoque esta vez, ojalá sirviese de algo este simulacro de silencio, que la quietud fuese la avanzadilla del movimiento, que no fuera engaño para quien nada tiene este atraco consentido. Bienvenidas sean las persianas a ras de suelo y los brazos cruzados si para el futuro no hubiera tregua ni para el descanso. Ojalá esta ceremonia de brazos caídos diese paso a la fiesta de los abrazos. Ojalá no tuviese la certeza de que de este charco vamos a salir todavía más emporcados, y con las ganas justas para marcar en barro otra fecha en el calendario. Ojalá no me atormentase la seguridad de que no me voy a equivocar.

lunes, 5 de noviembre de 2012

INFINITOS MUNDOS

“Era más lógico pensar que el universo era mucho más rico e insondable de lo que nuestros sentidos podían percibir, que cuando el hombre se enfrentaba a dos o más opciones, terminaba eligiéndolas inevitablemente todas, porque en el fondo su capacidad de escoger no era más que una ilusión.”
                                                                       Félix J. Palma “El mapa del tiempo”

Hay libros que se cierran tras el punto y final y pasan a la estantería sin dejar huella en ti, o mejor dicho una huella profunda, porque lo cierto es que todos dejan alguna muesca, aunque sea pequeña, para siempre en tu memoria. Los hay de ésos cuya historia te obliga a devorarlos a pesar de que sabes a ciencia cierta que una vez terminados los echarás de menos en tus manos, e incluso te reprocharás no haber ralentizado su lectura cada tarde alargando en el tiempo la intriga o la ilusión. Otros te harán reflexionar sobre lo divino y hasta de lo humano, si son tan distintos conceptos o si acaso son lo mismo, quién sabe.

El último libro que he leído me ha hecho pensar -que no reflexionar más allá de lo razonable en alguien tan escéptico como yo- en la posibilidad de que existan los mundos paralelos. Cómo se modificaría la Historia si fuese posible viajar en el tiempo. Qué hubiese sido de mí si en vez de elegir un camino hubiese optado por otro, en cuyo caso no sólo se habría modificado mi vida sino también la de la gente que me he encontrado gracias a mi elección y que no conocería si mi vida hubiera discurrido por otro camino. Así se abre un mundo infinito de vías o mundos paralelos construidos entre todos y sus posibles elecciones que a su vez va creando infinitas dimensiones en el tiempo y el espacio.

Ya digo, soy bastante escéptica y no suelo creer así como así en cualquier cosa, pero la lectura de “El mapa del tiempo” me ha parecido una magnífica excusa para imaginar mi vida en infinitos mundos distintos.  

miércoles, 17 de octubre de 2012

A CONTRAVIENTO

“Si se hace frente al infortunio, el viento siempre sopla a favor.”
                                     Quim Monzó “Ochenta y seis cuentos”


Tener el viento en contra a veces te concede su lado positivo, te despeja la frente y los ojos, y así puedes pensar y verlo todo más claro, el horizonte se distingue a lo lejos, nítido, dibujado con tiralíneas de precisión, sin nada que diluya el trazo entre tus pupilas entornadas y la lejanía. Quizá ésta sea la mejor manera de vivir, o quizá no exista otra que avanzar lidiando con un viento que pocas veces gira en tu pelo y se torna brisa suave. Zambullirse del todo en el mar que te lame los pies, a pesar de los arañazos salados que te descubrirás al salir a flote, a pesar del escozor en las heridas que no se ven a simple vista, y a pesar de las que jamás dejarán de supurar a la vista de todos.
Las mismas metas no se degustan igual si las alcanzas librando una carrera de obstáculos, el camino bacheado te hace fuerte, creerás y creerán en ti, y llegarás con tus propias manos hasta donde no sabías que rozarías con las yemas de los dedos de tus pies.

Todo está diseñado para ti, a pesar de que te sientas un velero sin vela a merced del temporal, porque no debes olvidar nunca que hay tempestades que acaban por arrastrarte hasta la orilla de tu playa favorita.

domingo, 30 de septiembre de 2012

TREINTA DE SEPTIEMBRE

“Cada luna es distinta. Cada luna tiene su propia historia. Dichosos quienes pueden olvidar su mejor luna.”
                               Ángeles Mastretta “Mujeres de ojos grandes”




Desde aquel día de cuervos una fecha se tinta de negro en todos los calendarios. Ahora da igual creciente o menguante, domingo o lunes, con los últimos rayos del verano apretando los dientes o con las primeras aguas del otoño amenazando riadas sobre los tejados. Sobresale con trazo grueso del resto de los días. Es el verso suelto de los almanaques. Me llama. Se acerca y se aleja, como el vaivén de una pupila con la danza macabra de una triste bombilla colgada del techo. Es el baile de los muertos sobre las hojas de Septiembre.

Desde aquel día una fecha me recuerda que lo peor no es que te hayas ido, sino la certeza de que ya no existe mi mundo contigo.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Y VAN TRES


Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.

Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
verdes, rojas y amarillas.

                                           Joan Manuel Serrat "Fiesta"


Os puede parecer algo raro que aún no sepa qué hago por aquí. Me debato entre las ganas de poner punto y final y dejarlo estar hasta que de puro aburrimiento se marche o se disipe entre la niebla. Lo que sí tengo claro es que cuando abrí los postigos de este Callejón me movía una ilusión inmensa, por la intriga, por los nervios, por lo que se desconoce, por lo que viene. Publicaba cada dos o tres días, luego cada semana, y ahora me demoro cada vez más para dejar algo escrito aunque sea improvisado. Ahora, con tres años a la espalda de lecturas, de comentarios, de respuestas, de reflexiones, incluso de discusiones acaloradas, la ilusión se convirtió en costumbre, y eso no es ni malo ni bueno, simplemente es. Tampoco sé de dónde he sacado el valor para compartir con el mundo mis sentimientos, mis vivencias; no encuentro una explicación, no me la pidáis; quizá lo que no decían mis palabras empujaba por salir de las yemas de mis dedos sin poderlo evitar. Y aunque suene un tanto manido, lo mejor de lo mejor habéis sido vosotros. Os agradezco de corazón vuestro cariño, la amistad y la generosidad con que siempre me habéis tratado a pesar de que yo no os haya correspondido con la misma intensidad. Y me sorprendo de que sigáis llegando y dejando vuestra foto de perfil en el casillero de seguidores. Gracias.

Hoy el Callejón está de cumpleaños, hay globos de colores ensartados en una cinta de pared a pared, guirnaldas entre las rejas de los balcones y una barra con bebidas y tapas típicas cordobesas entre las que no falta salmorejo, flamenquines y rabo de toro, pasad y disfrutad, en breve comienza la orquesta. Tiramos la casa por la ventana, aprovechad la fiesta, hoy no hay llanto, ni dolor, ni queja. Quién sabe si será el último cumpleblog que celebremos.

lunes, 10 de septiembre de 2012

PUERTAS ADENTRO

                                                 A todos los que te quisieron y no te olvidan.


“Todos los objetos que hablaban se quedan mudos y sin sentido, es como si les cayera un manto que los aquieta y acalla haciéndoles creer que la noche ha llegado, o como si también ellos lamentaran la pérdida de su dueño.”
                                             Javier Marías “Los enamoramientos”




Al cerrar la puerta noté el filo de la desolación abriendo en dos mitades mi corazón para siempre y supe que ya nada volvería a ser igual, ni al otro lado de la puerta ni en el centro de mi pecho. Se acababa de levantar un muro entre un mundo conocido que se diluía poco a poco como el humo de una vela recién apagada y que jamás volvería a alargar la sombra de los objetos sobre las paredes de la casa, y una vida vestida de normalidad, aunque en mi pecho se desataba una tempestad que nunca parecía amainar; me llovían esquirlas de las aurículas, a veces disfrazadas de sonrisas.

Pensé dar tiempo al tiempo creyendo que sería capaz de regresar sin que el aire añejo desollara la piel de mis manos, pero el tiempo no cura nada, sólo es tiempo, una secuencia de minutos alrededor de una esfera que no sabe de heridas ni entiende de emociones. Es la vida la que atenúa y suaviza este punzante dolor, esta constante sensación de incertidumbre, este me falta, este lazo alrededor de la garganta, este peso sobre los hombros que oprime mis ganas, este nudo en la boca del estómago que pugna por salir escupido de entre los dientes sobre el asfalto sin acierto, este insistente recuerdo martilleando cada rincón de la memoria, lanzando una y otra vez sus dardos al centro de la diana de mis sienes. Este miedo a la ausencia que te carcome las entrañas.
Pero sabía que llegaría el día, alargarlo sólo sería demorar el reencuentro con un nuevo mundo que me ofrecían las paredes de siempre, ésas en las que aún se adivina el contorno de tu figura frágil y quebradiza, ésas que guardan el recuerdo de todos los ecos antiguos, de las risas y de los llantos, de las quejas, los gritos y las carcajadas de los chiquillos, de la vida que pasa y se siente.

La vida te enseña a vivirla ella misma, a golpe de emoción compartida por los miembros de una familia en las entrañas de una casa, y ésta está llena de esas ráfagas emocionales aparentemente invisibles, pero que yo siento como un escalofrío escalando desde los tobillos hasta mi ombligo cada vez que mis pasos se posan en la fina capa de hielo de las baldosas de una habitación cualquiera.

Ahí está, aún puedo olerlo, el aroma de la colonia fresca después de la ducha, las toallas limpias y el jabón de siempre, las sábanas recién planchadas en los cajones de la cómoda del pasillo, y el olor de los pucheros en la cocina. Un mundo de olores que creaste y que se disipa lentamente, como tu presencia, como un puñado de arena de entre mis dedos impotentes.
Ahora queda un nuevo ritmo campando a sus anchas por el espacio que no ocupa nadie, un ritmo grueso, y denso, y lento, y espeso, impregnándolo todo y al que no sé si seré capaz de adaptarme alguna vez. Porque me hice a tus tiempos, a tus sonidos, y no reconozco esta casa sumida en el silencio más atronador, me resulta extraña sin ti y sin tus cosas rozando los bordes de mis fronteras. Esta casa fue por ti de la misma manera que yo soy porque tú fuiste, y seré otra porque tú ya no estás.
Tu voz quedó como un eco atrapado entre las capas de pintura de cada cuarto, a la espera de que alguien abra una ventana por la que escapar. O tan sólo sea suficiente un grito, respirar profundo y soplar con todas las fuerzas hasta conseguir arrastrar las cenizas bien lejos, donde ya no me alcancen, donde ya no hagan daño.

Hay tantas cosas que han cambiado, miradas que dejaron de existir, tactos que ya no compensan la frialdad de mis manos, muebles vacíos, ventanas cerradas, plantas que secaron sus hojas. Cosas que tuvieron su razón de ser en un mundo que un día de otoño desapareció por entre los resquicios de la única dimensión que conozco. Hoy la naturaleza es amable, suave, insufla tranquilidad ahí afuera, pero la primavera no acaba de llegar aquí adentro.
Ando dándole vueltas a las fotografías que empapelan las paredes de mi alma como si de pequeñas baldosas se tratase, retazos de los momentos felices, pinceladas que dan los días en las cosas cotidianas. Toda una vida en papel para recordarme el largo viaje compartido con la persona que fue la más importante de mi vida, la razón y el por qué de mi existencia, alguien que se preocupó y ocupó su tiempo en mis cosas. Me detengo en una imagen especial, no miras a la cámara, tus ojos parecen perdidos en el infinito, se tornan transparentes en un último intento para que podamos verte desde lo más hondo y así entenderlo todo mejor. Entenderte desde los ojos.

Volver a recorrer los rincones ocultos, abrir viejos cajones, tocar tus huellas en las que fueron tus cosas, desandar el camino breve de tus pasos por los pasillos, intuirte más allá de la lógica y la realidad, hace que hoy todo se sienta demasiado, se desborda, se hace gigantesco e inalcanzable para un corazón que intenta recomponerse sin éxito.

Sí, ya sé que es la vida la que nos enseña a suavizarlo todo, incluso el crujido de la llave al girar sobre la cerradura de la puerta de la casa se me hará sutil, delgado, y un día dejaré de sentir que algo se rompe en mis oídos al traspasar el umbral.
He aprendido que hasta en los lugares más oscuros hay alguna rendija por la que es posible que un rayo de luz se cuele y se derrame sobre las cosas, bañándolas en una pátina dorada. Que sólo se trata de dar vida al tiempo, y tiempo a la vida, de seguir cabalgando en la misma dirección de los días, no bajarse jamás del tren de alta velocidad en el que andamos subidos. Retomar el camino tras la tregua y luchar por lo que aún tenemos y merece la pena vivir.

Hay gente que pasa por este mundo sin que nadie las vea, sin embargo tú estás presente a pesar de que ya no existes sobre la tierra, estás en el centro de mis sueños, atesoro tu recuerdo en la memoria de las yemas de mis dedos, nos acompañas en silencio, y hasta traerás de la mano una primavera escalando las tapias de tu patio.



Nota: El texto ganó el primer premio del VII Certamen Literario de la Fundación Francisco García Amo de Nueva Carteya, y a ella pertenecen todos los derechos. 

sábado, 25 de agosto de 2012

EN NINGÚN LUGAR

“Que se me importará a mí
que se sequen las salinas
mientras yo te tenga a ti.

Esteros de Sancti-Petri,
salinas de San Fernando,
espejos de sol y sal
donde se duermen los barcos.”
                                                 Camarón de Isla “Bahía de Cádiz”


En aquella enorme llanura se elije el espacio, el vacío, a pesar de la gente que se hacina en la arena. Regreso de un lugar con olor a mar donde los atardeceres se derrumban en brazos de la belleza. Un lugar donde la brisa madrugaba para despertarme cada mañana acariciando mis rodillas inermes, y un cielo azul oscuro salpicado de estrellas me acostaba cada noche a la derecha de la sonrisa de la luna. He conocido los secretos del otro lado del mundo, silbados y olvidados por el viento de levante en la caracola de mis oídos, y he sabido que las olas nunca llegan con las manos vacías cuando las arrastra el viento de poniente.
He gozado de esa vida horizontal y despreocupada por la que se escapan las horas lentas y ociosas del verano mientras se hace recuento de todos los recuerdos de un largo invierno, y también he olvidado mis pasos hundidos en la arena de la última playa, allí donde gira la espuma y te besa los pies a ras de suelo. Y se marcha.

Quise atrapar el tiempo con todas las fuerzas de un puño, retenerlo entre los dientes, que lo aquietase un algo invisible como al polvo de las cosas la ausencia de aire, pero hay deseos que se piden porque sabemos que nunca se cumplirán; supe desde el principio que el viaje siempre es de ida y vuelta, como el vaivén de las olas, como los veranos en La Isla, que el momento es pasajero y volveré a la (bendita) rutina, que en realidad no nos necesitamos más allá de la costumbre de amanecer juntos quince días, quizá porque sea verdad eso de que como en casa…

domingo, 15 de julio de 2012

YO

“Con la realidad se puede hacer muy poca literatura, 
  porque resulta muy inverosímil.” 
                                     Andrés Trapiello “El gato encerrado”



Escribir en primera persona no es fácil, sale al mundo lo que te duele, lo que te hace reír, lo que sientes en cada momento. Y corres un gran riesgo, el de la incomprensión. Entiendo a aquellos que lo hacen en tercera persona, se visten de otro, se llaman de otra manera, viven en otro lugar y se lanzan al campo de batalla, con escudo y cota de malla, a contar la que en realidad es su vida, la de dentro o la de fuera, todo lo que cargan en una mochila con derecho de admisión. Quizá lo que no son y siempre ansiaron ser, o quizá lo que son y no les hace felices.
Ése es mi hándicap, mi desventaja a la hora de dar rienda suelta a mis dedos sobre el teclado, éstos son guiados directamente por mis emociones, golpean las letras al compás de los latidos de mi corazón, y salen al mundo desnudas, expuestas a la mira de los francotiradores que esperan tras las ventanas de mi calle desierta.
Conozco mis límites, freno mis pasos justo antes de cruzar la frontera. Más allá, un paso más allá, están las historias de los otros, y yo no las sé contar. Tampoco sé si un pintor pudiera pintar el alma de una playa sin verla.


sábado, 23 de junio de 2012

MEMORIA


 “La felicidad no puede estar en el futuro, porque la tomamos siempre del recuerdo, llevamos su imagen en la memoria. La felicidad es algo que ocurrió una vez. La recordamos tan intensa y lejanamente que sin duda pertenece al pasado de la especie. La dicha es inasequible precisamente porque la estamos recordando. Fue.”       Francisco Umbral   “Mortal y rosa”

No sé si esta batalla que libro contra la memoria tendrá un final feliz para mí, creo que gasto energía y tiempo en algo imposible, inalcanzable, escurridizo, y cuya realidad se me clava como un dardo con nombre certeza incrustado en un lateral.
Admiro a las personas que pasan página de verdad en el libro de sus vidas, y me extraño a partes iguales, yo lo consigo a medias; siempre paso las páginas y, sin esperarlo, una brisa casi inapreciable, las rescata y me las devuelve como un búmeran que lanzara hace mil años.
A veces tengo la sensación de que vivo dando un paso hacia adelante y dos para atrás, avanzo por inercia, como los soldados de un reloj que se persiguen alrededor de la esfera del tiempo. Y sé que ese mismo tiempo me traerá, dos pasos atrás, hacia aquí, donde ahora estoy.
A mí nunca me hicieron daño los recuerdos, ni siquiera los que vienen con malas intenciones empujados por una memoria envidiable. Son míos, sin ellos, para bien o para mal, yo no sería así. He llegado a pensar que tal vez sepa de mi fortaleza y anda jugándomela a ver para cuándo una herida de muerte.

lunes, 4 de junio de 2012

MIEDO

“A partir del momento en que un gobierno experimenta la necesidad de prometer a sus súbditos, por medio de anuncios, la paz y la prosperidad, hay que mantenerse alerta y esperar que suceda todo lo contrario.”
                                                        Ivo Andrić “Un puente sobre el Drina”


Últimamente el miedo se hace omnipresente en el centro de todas las neuronas, zarandea las fronteras de las terminaciones nerviosas y hace temblar el eje mismo de los perfiles tristes. Cada lunes nace al amparo de la incertidumbre más desleal, la pobreza presta su nombre a cada comienzo de semana sin derecho a reclamar, y cada amanecer nos acecha una niebla espesa que oscurece al tictac de las horas desperdiciadas. No sabemos cuánto durará esta oscuridad, ni siquiera si tendrá un final aunque no sea feliz como el de los cuentos de hadas y princesas, pero el verde esperanza se tornasola con toda la gama de las cloacas sin que nadie ponga remedio. Las noches se despiertan con pesadillas que se sudan bajo las sábanas donde antes cabalgaban las pasiones. Ya no valen los recuerdos de otros tiempos que no volverán, ni los sueños en que nos reíamos sin remordimientos. Es fácil escalar por los años, acostumbrarse a la bondad, ir de menos a más, pero no estamos preparados para una caída libre sin red bajo los pies. El asfalto es gris, frío y duro, como los corazones cerrados a cal y canto.
Nos quitaron el pan y sólo nos dejaron el circo.

domingo, 20 de mayo de 2012

AHÍ FUERA LLUEVE


“So never mind the darkness
We still can find a way
'Cause nothin' lasts forever
Even cold NGuns N´Roses “November rain”

Ahí fuera llueve, tanto que Mayo se me convirtió en Noviembre. Últimamente todo parece huir de su sitio natural, de su forma y hasta de su nombre. Tras la ventana Noviembre se viste de verde, y un sol desubicado anda en peleas celestiales por reivindicar su lugar. El calor y el viento van de la mano en la calle y en los armarios. Las flores no están en los cementerios, y las velas titilan en los veladores de las terrazas. No huele a muerte a pesar de que las aceras están sembradas de cadáveres.
Hay meses que pasan sin pena ni gloria, y hay meses que nunca se marchan.
Ahí fuera sigue lloviendo.


lunes, 7 de mayo de 2012

LA DESCONOCIDA

Uno acaba nunca la misma canción
Tan Mezquita, tan judeo-cristiana
Cuando llega la hora de alzarse el telón
Se despierta en Córdoba la llana.
                                                 Joaquín Sabina (gira "Vinagre y Rosas")

No me sorprende escuchar de vez en cuando que has sido toda una sorpresa inesperada, que no te imaginaban así, que ¡ay si lo hubiesen sabido antes!, que no es suficiente con llevarte de regreso a casa en el útero oscuro de sus cámaras de fotos, y que tienen que volver en busca del abrazo tibio de tus calles estrechas y al (c)olor de tus patios. Que se despidieron de ti con las retinas desbordadas y el alma empapelada de momentos inolvidables para el recuerdo. Que nunca deberías haber sido ciudad de paso para un corazón viajero buscador de belleza.
No, no me sorprende porque hasta los que te vivimos día a día no acabamos de reconocerte nunca, siempre nos descubres un rincón reservado a la sorpresa de una noche oscura, una esquina de piedra blanca tras la que se esconde una luna partida, una luz misteriosa que se escapa por los tejados a la hora justa, un silencio llevado de orilla a orilla por el agua de un río que se sabe protagonista, y un viento suave que mece las ramas de los árboles y que te obliga a cerrar los ojos, respirarte profundo y sentirte entera e invasora de almas. Te das a bocajarro como un disparo de emociones en los corazones que te encuentran. Das más de lo que te piden, mucho más, desbordando cualquier expectativa, cualquier ilusión viajera, cualquier concepto de belleza.
Eres la silenciosa, la desconocida, la ciudad de paso.
Dicen que la humildad es patrimonio de la grandeza, y tú eres la más humilde de esta tierra.

martes, 24 de abril de 2012

TODO RETORNA

Sin miedo sientes que la suerte está contigo
Jugando con los duendes abrigándote el camino
Haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido
Mejor vivir sin miedo.
                               Rosana “Sin miedo”




Afuera se abrieron de nuevo los árboles a la vida desplegando su alfombra de sombras sobre las aceras, retando al sol que renace de sus cenizas tibias. Han vuelto las golondrinas dibujando rimas en el aire, y las calles de la ciudad se tintaron de colores y de flores. Se vuelve a respirar el aroma de las celindas en los parques donde juegan los chiquillos y se juran los amantes sus amores. Todo retorna, como un cielo que azulea su vestido roto tras la tormenta.
Quién podrá cambiar este retorno sin fin a la vida ahí afuera. Qué miedo encarcelado tras los barrotes de una estadística acallará el trino de los pájaros en la baranda de mi azotea. Qué temor al futuro asesinará el futuro de las flores futuras. Qué moneda sin valor tirada al aire tapará el sol para siempre.
Todo retorna, porque no hay desconcierto ni duda ni miedo al mañana que frene la explosión de una primavera.



jueves, 12 de abril de 2012

LAS DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA

“Hasta un monstruo merece de cuando en cuando un paseíto fuera de la jaula”.
                                                              Ray Loriga   “Ya sólo habla de amor”



Detrás de mis oídos siempre habla mi otro yo, y aunque muy pocas veces le hago caso, he de confesar que hace muchos años era el rey absoluto de mi cuerpo y de mi mente. Mi otro yo no tenía miedo a los espejos, ni siquiera a los espejos de los parques de atracciones, ésos que te alargan y ensanchan los ojos y las uñas.
Mi otro yo me mira con ojos de besugo sin pestañear, como si así lograra entenderme mejor, me ofrece su mano para llevarme (como antes) a caminar entre el límite de lo real y lo irreal, entre lo negro y lo blanco, incluso entre el límite del bien y del mal; pero ya no es tiempo de recolocar calendarios antiguos, y además, ya sólo camino por carreteras rectas recién asfaltadas, aunque a veces me siento como una mera espectadora, viendo pasar los coches desde el arcén.

Entre el blanco más luminoso y el negro más opaco existe toda una gama de grises sin nombre. Cuelgan de un cordel en perfecto orden claroscuro por el que camino guardando el equilibrio que aprendí a fuerza de tortazos contra el suelo. Ya no me aferro a los extremos, y me agarro a la vida balanceándome de una punta a la otra del cordel, pasando del griscasiblanco al griscasinegro, pero sin perderme entre los recovecos del laberinto del blanco o del negro más rotundo.
Intentaré no salirme de los límites de la carretera, a pesar del runrún de mi otro yo en mis oídos que me tienta a subir a uno de esos coches para derrapar por curvas infinitas sin destino previsible.

Ya no hago caso a mi otro yo, pero a veces me alegro de que aún siga ahí, por si algún día salta la chispa de la magia entre las dos y creamos alrededor un paraíso más allá de lo terrenal, al que llegar tras kilómetros y kilómetros de asfalto engullido por un automóvil carente de freno.

martes, 20 de marzo de 2012

SOÑAR(TE)

"Los que han perdido no sueñan, recuerdan."
Andrés Trapiello   "Locuras sin fundamento"


Posaste tu mirada en mis ojos como quien arropa el sueño de un bebé en su cuna, suave y sin apenas roce, como la oscuridad del cielo que se diluye por las grietas de las claras del día, despacio y en silencio, como el sol que roba su espacio a la luna.
Tú en el centro de un lugar de luz, un lugar sin ayer ni mañanas, sin lastre ni contratiempos, sin esperas y sin dudas. Sin deseos ni heridas abiertas. Un lugar vacío de todo rebosando a borbotones de la nada más absoluta y más llena a la vez. Tú inasible y sin edad, guapa y serena, sin los surcos que te conocí en la piel, blanca, pura, como lucen todas las cosas sagradas en la casa de Dios. Entendí todo lo que no me hablabas, y te supe feliz.

Te marchaste sin ceremonial, con el rictus satisfecho del que sabe su trabajo bien hecho, por un camino de tierra amarilla velado por las sombras desplegadas de los árboles del paraíso. Sentí la caricia de una brisa fresca en los labios, y la paz acomodándose por los recovecos más oscuros de todas las dudas que anidan cada noche entre mis sábanas. Mantuve unos minutos los ojos cerrados que es la única forma de ver mejor las cosas, y sólo entonces supe que ya podía despertar.

miércoles, 7 de marzo de 2012

POSESIONES

“Todo esto, el jardín, el olivar, la casa, es algo que la vida te ha dado de más.”
                                                              Andrés Trapiello “El gato encerrado”


Tengo más de cuatro paredes con techo que me resguardan de los envites del viento y los fantasmas de la noche, una ventana transparente con vistas a tres calles mutantes a cada golpe de calendario que entretienen mis curiosas retinas, y la llave de la puerta por la que sale a pasear mi libertad.
Tengo una carretera, espina dorsal de un olivar infinito, que me regresa a las calles en blanco y negro de mis fotografías, a los olores de otro tiempo escapados por las rendijas de la memoria, y al recuerdo del calor de sus manos en las mías. Tengo un pueblo blanco al que volver, que me espera dormido en brazos del mismo Dios.
Tengo los besos tímidos, anémicos, robados del niño de mis ojos, y el derroche de abrazos templados de mi niña de agua. Y tengo miles de amaneceres a su lado, en lo bueno y en lo malo.
Tengo un cuaderno preñado de frases con olor a verdad, que releo cuando mis horas están bajas, que me empujan y me alientan en el desánimo, que me acompañan en los momentos más duros de la soledad, que siempre dan, haciendo un ejercicio constante de generosidad.
Y tengo la certeza de que mi recuerdo permanecerá en la memoria de quien me quiere, para no desaparecer.

domingo, 26 de febrero de 2012

CANSANCIO O COBARDÍA

“Uno se desacostumbra a su voz y pasa el tiempo a solas con su silencio, y el silencio se nos vuelve extraño y nos asusta.”                   
                                                Andrés Trapiello “El gato encerrado”



  Quizá sea que no hay nada que decir. O quizá hay tanto que decir que se me aturullan las letras en la puerta de salida y no se dejan paso las unas a las otras. O quizá sea aún más simple y sólo se trate de pereza, de no encontrar el minuto justo en que decido sentarme delante del ordenador y poner las neuronas a ordenar pensamientos, palabras, puntos y comas, en lugar de las cartas rojas sobre las negras en un solitario cibernético.
Quizá pretendo el final del callejón sin despedirme, salir de puntillas y sin colgar el cartel de fin en alguno de sus postigos. Cansancio o cobardía. Qué sentido tiene dejarse husmear, rascar, oler y hasta juzgar por quien no tiene ni ojos ni voz, a veces ni siquiera nombre. Me pregunto qué tiene de verdad el halago, el piropo, la felicitación que tan sólo pretende retenerte en casa ajena.
Cansada de leer sin elegir, de juzgar lo leído, a veces de mentir.
Cobarde por no ser capaz de alejarme de una vez por todas, por dilatar el tiempo, por no salir cerrando de un portazo dejándolo todo detrás de la puerta. Cobarde, porque al fin y al cabo es puro miedo, vértigo al pensar que me quedo sin vosotros.

martes, 14 de febrero de 2012

CONTANDO ESTRELLAS

“Los pasados veinte años se nos hicieron cortos, pero los próximos veinte pueden volverse eternos en mala compañía. Y uno cuando no se quiere, es muy mala compañía.”        Ángeles Mastretta “Maridos”


Cupido, San Valentín, las flores, los corazones rojos, los regalos que casi nunca llamaban a mi puerta y una película romántica almibarada y empalagosa hasta decir basta, era lo más emocionante para mí de todos los catorce de Febrero de todos los años. Ahora lo único que un día como hoy me sugiere es que mi tiempo corre que se las pela.
Miro hacia atrás y casi puedo tocar los rizos de aquella niña a la que cortaron su coleta días después de hacer la Primera Comunión; aún se me sobrecoge el corazón cuando mis ojos coinciden con los suyos, tristes, en el espejo de aquella peluquería con olor a laca barata y cera caliente, que se alfombraba de caracoles color miel.

Qué de catorces de Febrero celebrados tan sólo con un corazón pintado en rotulador rojo, atravesado por dos flechas huérfanas de nombres.
Amigas, confidencias, juegos… y años que quedaron atrás velando mis recuerdos.
No sé si queda algo de aquella chiquilla que jugaba a contar estrellas de cinco puntas o de aquella muchacha que suspiraba mirando al cielo, impaciente por hacerse mayor; ha cambiado tanto el decorado y los actores que a veces creo vivir una vida prestada. La vida da tantas vueltas que un día sí y otro también tengo sensación de mareo.
Hace años se me encendía la mirada ante una aventura fascinante e imaginada por vivir, ahora pienso en el futuro y la sensación es de vértigo e incertidumbre, porque, aunque año tras año, en realidad, mi vida ha sido una experiencia apasionante, sé que la vida es caprichosa y no hay armadura que te proteja de sus envites a traición.

Y mientras mi tiempo corre, enumero un nuevo catorce de Febrero, un nuevo cumpleaños. Cada noche se asoman al cielo las mismas estrellas de cinco puntas que contaba de niña, bañando todas mis cosas con una luz blanca que lo renueva todo, quizás se trate de un sueño, pero he llegado a pensar que para que los sueños se hagan realidad, hay que estar dispuesto a soñar.

martes, 7 de febrero de 2012

MERCURIO

Invierno.-Estación del año que astronómicamente comienza en el solsticio del mismo nombre y termina en el equinoccio de primavera.  RAE




Este invierno se me está haciendo eterno. El frío clava sus afilados alfileres de cabecilla negra en el centro de mi cerebro, allí donde, a ratos, hiberna el hipotálamo, dejando mis pensamientos congelados. Aún no me explico cómo se puede mantener un acerico de hielo en la cabeza y no perder la cordura.
Las horas se hacen densas, pesadas, grises, se resisten a cabalgar sobre los segunderos de este invierno de mercurio que se expande llenándolo todo en rededor. La luz del sol no llega a lamer más allá del polvo de las paredes, dejando en su huida un reguero de oscuridad y silencio por los rincones. Es difícil ver la luz, distinguir los colores que se adivinan por el horizonte de una posible primavera temprana, calentarse los poros o conseguir que la sangre fluya hasta la punta de los dedos, cuando el mercurio recorre tus venas y el invierno que te congela la piel no está afuera sino adentro.

viernes, 27 de enero de 2012

CON EL ALMA SIEMPRE DISPONIBLE

“-El arte verdadero nace de la frustración. La felicidad no es creativa.
 -En ese caso, soy un artista de la hostia.”
                                                      Jaume Cabré   “Yo confieso”




Hace días que me noto las ganas descolgarse gota a gota de mi alma siempre disponible, y deslizarse por el blanco mármol hasta perderse por el sumidero de las ideas. Un desangrarse a la vista de todos sin que nadie, ni siquiera yo, haga nada por remediarlo. Dicen que cuando afirmamos no tener palabras, en realidad queremos decir que no tenemos ideas, y puede ser que eso mismo me esté ocurriendo a mí. A veces retrocedo a los inicios de este blog y releo lo que sólo eran mis recuerdos de infancia, y pienso que a quién puede importarle lo que probablemente sean mis percepciones -a veces erróneas- de una niña y su mundo feliz. Pero los recuerdos se guardan en cajas cerradas, acotados por seis paredes de cartón, con un principio y un final, y un letrero de papel pegado en la tapa con el año, la foto y la canción de turno; lo demás se inventa, se idealiza o simplemente ni siquiera existió.
Luego he descubierto un reguero no de ideas sino de sentimientos, de lágrimas y dolor, los restos de una guerra que me estalló en el centro mismo del corazón, sin saber de estrategias bélicas, con el temblor en las manos de un francotirador novato, y con las defensas atrincheradas detrás de la ilusión ilusa por ganar la partida a la vida.
Demasiado llanto, demasiado dolor para esta alma siempre disponible que hace lo imposible por encontrar ideas, o en su defecto, palabras bellas para este callejón.

lunes, 16 de enero de 2012

COLECCIONISTAS DE MOMENTOS

"El hogar es el único local abierto toda la noche."
                                               Ambrose Bierce

A mi tía Elena.
Esperando de nuevo su sonrisa.


Hemos vivido tantas cosas que nos hemos convertido en coleccionistas de momentos, y recrearlos debe ser el lienzo con que secar tus lágrimas hoy, ésas que se empeñan en arrastrar los colores que se arremolinaron en torno al profundo verde de tus ojos. Quiero que vuelvas a sonreír, a darte, a abrirte, y nada de eso puedes ofrecer si no te deshaces de los lazos que te atan a la pena. Hoy desearía decirte muchas cosas, cosas que siempre he sentido y nunca dije. Decirte que tu vida y la mía son distintas hojas de un mismo árbol, que compartimos sangre, cielo y hasta nombre, y todo ello se conjura para tenernos unidas para toda la vida. Que mis recuerdos no están completos sin tu imagen en mi memoria, que mi vida es como es porque te tuvo a ti en sus días de verano. Y que siempre te agradeceré que el frío de aquellos inviernos no llegara a congelar la redondez blanca de tu sonrisa, ésa que ahora nos hace falta para mantener en pie esta pobre planta apenas sin raíces. Porque tú eres una pieza importante de este descubrimiento fascinante que es la familia, más allá de diferencias, distancias, debilidades o tristezas, la familia es lo único que nos aglutina, nos une y hace que nos queramos mucho porque sí.

viernes, 6 de enero de 2012

¿POR BUENA?

“La gratitud en silencio no sirve a nadie”.
Gladys Bronwyn Stern


Después de todo se ve que no he sido tan mala, perversa o fría como alguno pudiera pensar. Es más, sopesando el tomo que Sus Majestades han tenido a bien traerme la noche mágica, se podría creer que he sido buena buenísima, o sea, tantos kilos de bondad, tantos kilos de lectura.
Aunque también podríamos pensar que quien escribió la carta, harto de rebuscar por las librerías, decidió ahorrarse viajes eligiendo un tomo bien gordo con que entretenerme casi todo el año.
Sea como sea, sirva este post para agradecerle al ayudante de los Reyes Magos su acierto una vez más con mi regalo.
Gracias C.

miércoles, 4 de enero de 2012

( DES)GANA

“En todos los finales, como se ve, hay un símbolo y algo real, que se superpone y confunde. El final del año, el final de ese libro, el final de estas páginas, nuestro final. Sólo hay que estar atento y encontrarlo, y mirarlo y disponerlo con idéntico cuidado al que mostramos con las copas limpias de cristal que esperan con alegría ser llenadas, antes también de su propio fin.”
                                    Andrés Trapiello “Los hemisferios de Magdeburgo”.


Después de las reuniones, las comidas, las compras y las desganas, he encontrado un ratito para hilar algunas frases por aquí, aunque no sabría qué contaros, hay quien me dice que ya está bien de derramar mis lágrimas públicamente, y también quien aplaude mi entrega a corazón abierto, la sinceridad a manos llenas vertida sobre los guijarros de este Callejón. Nunca llueve a gusto de todos, aunque siempre lo hace al mío, ya sabéis.
Todo me está resultando muy extraño, como si empezara una etapa nueva y rara en mi vida cuyo punto de salida se marca en el calendario el 1 de Enero de 2012, y tengo la impresión de que todos los días llego tarde a los ensayos. De la meta mejor no hablar.
Os confieso que ando un poco cansada, he alargado las horas engullidas de televisión, no veo momento oportuno para acabar por fin el tercer libro de David Trueba y hasta retomo con desgana mi cita con el blog. Sé que malgasto mis días, un desperdicio que me sepulta entre un montón de escombros y ruinas, y sé que hay quien me quiere y no se merece este despilfarro en el debe de los te quieros.
Tengo los puños apretados esperando una señal. Mantengo la vista al frente, con las pupilas inmovilizadas de forma voluntaria, y la garganta seca para no tragarme las palabras que acumulo a la entrada de la boca del miedo. Doy los pasos justos y necesarios para sobrevivir en esta densa niebla, ni uno más, ni uno menos.
Y no quiero pensar que el traje de la vida me quedó grande y lo arrastro por las aceras, supe bebérmela a tragos largos y estoy segura de que volverá a quedarme ajustada como un guante, mientras me la tomo sorbo a sorbo, con los puños abiertos y las pupilas dando fe de los árboles que van quedando a uno y otro lado de mi sombra.

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