domingo, 25 de enero de 2015

UN POCO MÁS SOLA



"Gracias por esta bella aventura, ahora te toca vivir una nueva. Te quiero"
                                                                             Una aventura de altura




A veces todas las palabras de fe no nos sirven como consuelo. Hoy sé que un corazón es capaz de ensanchar sus lindes hasta el infinito para abarcar toda la pena y el dolor que creía insoportable, inimaginable. 
Se deshilacha mi vida. El tiempo se empeña en arrancar de mi piel los jirones que aún puedo palpar y oler de aquel ser que fui y que se va desdibujando como una carretera que dejamos atrás una noche de niebla.

Recordarte, sí, el recuerdo es lo único que nos dejas, lo único que aviva la llama de todas las risas, de todas las miradas que llevamos dentro. Tras el desconsuelo nos quedas tú en la memoria, tú cerca de nuestro latido, tú en muchos de nuestros mejores momentos. No se marcha del todo quien vive en nosotros, y tú formas parte de mí. Y me es tan cercano tu recuerdo que aún puedo ver el verde de tu iris bajo el agua helada de aquella alberca de nuestros veranos. Distingo entre las voces el eco de tu voz llamándome al pie de las escaleras. Aún escuece en mi garganta el humo clandestino de tantos cigarrillos que nos hacían sentir mayores detrás de los granados. Y mi piel se calienta con el roce de tu pijama en tantas noches infantiles de sueños compartidos.

Nunca echamos de menos aquella hermana que ni tú ni yo tuvimos, nos teníamos la una a la otra, primas y siempre juntas. Sólo primas, y tan distintas que formábamos un todo, lo que a mí me faltaba tú lo tenías.

Hoy nos sentimos un poco más solos, pero además de tu recuerdo nos dejaste una lección de vida, aceptar el presente y poner todas las ganas en vivirlo a pesar del dolor.


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