miércoles, 25 de agosto de 2010

EN MI RINCÓN

"Nosotros elegimos a quién dejamos entrar en nuestras vidas."
                       "El indomable Will Hunting"


Es extraño sentir cómo este rincón de mi casa ha sabido atraparme y cómo lo echo de menos los días que no me siento frente a sus dos paredes amarillas. Descubrir que los recuerdos del pasado, los pensamientos y los sentimientos toman forma a base de teclear sabiendo que van a descubrirme ante conocidos o desconocidos detrás de cada renglón. Que aquí encuentro mi ratito de soledad buscada y la compañía de algunos amigos que me esperan y a quienes espero para adivinar sus gestos en sus respectivos rinconcitos.
Sentarme delante de esta pantalla que todos los días se me abre nueva y en la que cada palabra resbala de las yemas de mis dedos hasta vuestras retinas, me hace disfrutar como cuando era una niña pequeña, y me maquillaba y bailaba ante el espejo a escondidas, creando pasos nuevos con unos zapatos de tacón ajenos, sin la vergüenza de que alguien me viera.
Y no es que me sobre el tiempo, tengo una casa, una familia y muchos libros por leer, pero no me resisto a robarle unas horas al reloj para vivir otra vida fuera de mi mundo, con otra gente y otras sensaciones con la certeza equivocada de que nadie me ve, de que nadie me va a juzgar.

Al final del día, cuando cierro el portátil, tengo la seguridad de que he aprendido mucho de vosotros… y de mí.

lunes, 16 de agosto de 2010

PUENTE DE PLATA

"Del verano, lo que más me gusta es dormir con manta en los lugares fresquitos. Las tormentas de verano. Cuando estamos en Junio y la gente dice "parece que no llega nunca el verano". Los cines con el aire acondicionado a tope que obliga a llevarse una chaqueta. Las cerezas, la sandía, los nísperos, los albaricoques. Los helados de pomelo rosa. Del verano lo que más me gusta es cuando se acaba."
                     Isabel Coixet  "El verano temido"


Echo de menos ese sol que te invita a mirarlo de frente, te acaricia suave la espalda y calienta la piel de las manos hasta que empieza a fluir la sangre de los dedos hasta las uñas. Espero ansiosa la luz ocre de sus rayos sobre las hojas de los árboles de mi acera y el brillo sobre los espejos del asfalto tras la tormenta.
Echo de menos los ruidos del invierno al volver las esquinas de mi calle y las horas que parecen no querer volver. Esas horas tibias que ahora parecen muertas, derretidas y cansadas, alargadas hasta el infinito de unos días que no acaban nunca. Poder abrir la ventana y asomarme a respirar la tarde que, vaya o venga, siempre se respira de forma diferente cuando te insufla aire fresco en los pulmones. Echo de menos el olor de las mañanas de otoño olvidado a fuerza de no vivirlo.

Hago lo imposible por pasar de puntillas por tus días sin hacer ruido, a ver si así no me aplasta la pesadez de tu aire. Y aunque siempre acabo enredada entre tus dedos de fuego, no pierdo la esperanza, y a veces cierro los ojos en la madrugada e imagino que al abrirlos de nuevo será mañana. Y te veré marchar envuelto en tu asfixiante manto.
A enemigo que huye…


miércoles, 11 de agosto de 2010

HUIR

“…sencillamente cuento una verdad que es solamente mi verdad, y entonces no es la verdad salvo para mi estómago, para estas ganas de salir corriendo y acabar con esto, sea lo que fuere.”
                                              Julio Cortázar  “Las armas secretas”



Empecé a huir hace tiempo sin ni siquiera darme cuenta, a pesar de las maletas que siempre me acompañan. Y cada vez que llego a un nuevo sitio tomo medidas y puntos de referencia para ubicarme y mantener las distancias si fuese necesario.
Últimamente me descubro siempre alejándome de las situaciones que me resultan incómodas, ya sólo busco los espacios en que me encuentro a gusto, ni siquiera en los que soy feliz. Por eso huyo de todo lo impuesto, de todo lo que me obliga, a veces de esta vida diseñada a escuadra y cartabón. Y lo extraño es que aparentemente no avanzo, porque para huir hace falta salir del círculo en el que doy infinitas vueltas. Me pregunto si la vida, más que un círculo es una espiral que te arrastra sin remedio por el sumidero hacia el abismo donde los colores son indefinidos, de esos que ni siquiera tienen nombre.

A veces me quiebro la cabeza ideando la forma de girar en el sentido contrario de esta órbita que me atrapa, y hacer lo que me venga en ganas. Ya ni siquiera deshago las maletas por si tocara salir corriendo.


domingo, 1 de agosto de 2010

ENTRE LECTURAS

“Nuestros destinos pudieron ser éstos o pudieron ser otros del todo distintos porque lo que de nosotros fue en ningún sitio quedó recogido. Tal vez ni siquiera llegamos a existir. O quizá sí lo hicimos, pero nadie percibió nuestra presencia. Al fin y al cabo, nos mantuvimos siempre en el envés de la historia, activamente invisibles en aquel tiempo que vivimos entre costuras.”
                               María Dueñas “El tiempo entre costuras”

Entretuve mis días leyendo para alejarme de la caída del mar de tus ojos y la tristeza de tus labios dibujada con tiralíneas. Siestas y noches engullida por la historia de un libro de esos que te atrapa en el primer cuarto de hora de lectura. Sira Quiroga me contaba sus sueños y me abría las puertas de su taller de costura para distraer mis temores… y mis dudas. Amor, traición, amistad y hasta espionaje llenaron el lado vacío de mi cama y las horas de descanso entre cuatro paredes blancas.
Deshojando ávida las páginas de “El tiempo entre costuras” se fueron diluyendo mis días a tu lado, y ahora que no te tengo pegada a las costuras de mi piel te echo tanto de menos… Y aunque hoy miro el mismo cielo que dejé colgado de las noches de julio, se me derrama por los extremos sin tus leves sonrisas que sabes asomar de entre las nubes incluso los días de lluvia.

Me sirvió, crecí, disfruté e insuflaste aire cargado de serenidad y tranquilidad a mis pulmones para encarar el nuevo camino vestida de normalidad.
Porque me llenó de satisfacción dedicarte mi tiempo entre lecturas.


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