“No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.”
William Ernest Henley
Yo llevo los tatuajes por dentro, marcados en la piel transparente del alma. Cada historia de (des)amor, todo lo aprendido y lo olvidado, cada alegría y todas las tristezas quedaron tatuadas en los pliegues ocultos de la oquedad de mi pecho. Trenzaron una red que me sostiene los pies en las caídas y a la que me aferro para remontar las subidas.
Es extraño mirarse hacia dentro y comprobar que fueron muchos los aciertos, pero también los caminos equivocados que elegí, que hay heridas que aún escuecen a pesar de que ya no sangran y sólo quedan como una (fea) cicatriz tatuada.
Reparo en el peso que me agacha los hombros y caigo en la cuenta de los kilos y kilos de madurez acumulada con los años, y que a veces hago saltar por los aires en momentos deseosos de insensatez y de locura.
Y aún siento una (mal)sana curiosidad por conocer los nuevos caminos que me tocará serpear, descubrir los puntos de salida y vislumbrar la meta en un horizonte lo más lejano que atisbe mi retina dando unos pasos hacia atrás, porque de lejos se distinguen mejor las formas, y de cerca se aprecian difusas las siluetas.
Sé que (me)quedan muchas emociones a estrenar por tatuar en esta piel curtida del alma, aunque apenas se le esboza un milímetro inmaculado de experiencias entre el polvo acumulado.
Tendré que ir pensando si tatuarme la epidermis.
Hola Elena!! Hermoso amiga, esos tatuajes hicieron a la mujer maravillosa que eres. Y seguirá la vida adornando el interios de tu ser porque todavía tienes un largo camino. Me gusta mucho el tetuaje de la alegría, podés pasarme una copia así me la tatuo? jajaja. Maravilloso y lleno de sentimiento amiga.
ResponderEliminarBesosssssss
Vaya Gabriela, muchas gracias por los piropos.
ResponderEliminarEl tatuaje de la alegría...ese creo que lo tenemos todos los andaluces, y no es alegría, es...guasa, eso, un puntazo de guasa que tenemos todos los de por aquí abajo.
Te lo paso por correo electrónico, jajaja.
Un beso guapísima.
Doña Elena
ResponderEliminarTodos llevamos, menos los necios, los tatuajes de la vida marcados en un fondo invisible pero imborrable, y son los que a veces nos recuerdan los caminos a seguir.
Me quedo con la frase "porque de lejos se distinguen mejor las formas, y de cerca se aprecian difusas las siluetas."
Primer Premio de Poetisas en la Cofradia de Abadesas Recoletas de Nueva Carteya.
Amigo Tella, menos mal que los "no necios" llevamos un gran saco a la espalda con todos nuestros tatuajes. A veces hay que echar mano del saco como ayuda para el camino a seguir.
ResponderEliminarOtros tiran "palante" y tropiezan 100 veces con la misma piedra.
...Esto...digo yo...¿tú crees que llegaré a Papisa? jajaja
Un fuerte abrazo.
Yo llevo varios "tatuajes" pero de los mismos que tu dices, de cuando niño y era más travieso que Daniel, de los errores cometidos y luego llevo tres en un costado en forma de cicatrices por culpa de un accidente hace años. Lo triste es que en algunos casos esos tatuajes que llevamos no se pueden borrar ni con el mejor láser del mundo.
ResponderEliminarPapisa Elena, beso su mano. (Ya sabes, hay que mantener las formas con la Papisa)
¡Que coño...! UN BIIIIICO
Jajaja, me hubiera gustado verte de pequeño por un agujerito ¡menuda prenda!
ResponderEliminarSu Eminencia, ya sabe usted que entre nosotros no hay remilgos, ¡venga bicos aquí!jajaja
Qué confesión más bonita. A pesar de ser tan delicada por lo íntima, tú, con tu especial y elegante manera de escribir, la has dotado de una exquisitez extraordinaria.
ResponderEliminarDe veras me ha encantado. No creo que haya alguien a quien los tatuajes le luzcan tan bellos como a ti.
Un abrazo, amiga.
Me pones roja de la vergüenza Mercedes.
ResponderEliminarTe agradezco los piropos inmerecidos que me dedicas.
Ya ves, cada uno lleva sus tatuajes como mejor sabe o puede.
Un enorme beso.
PD.- Detrás de esta mujer tan dulce que canta (Sarah Bettens), he dejado varias de Damien Rice pensando en ti.
Me imagino que esos tatuajes son selectivos porque los mios, a día de hoy, sólo son positivos y agradables, y a lo mejor tiene mucho que ver Galia, mi princesa, y espero que pase mucho tiempo antes de poner alguna muesca desagradable.
ResponderEliminarEs lo que te deseo Isra, que las muescas que grabes en tu piel sean siempre positivas y agradables.
ResponderEliminarY por supuesto lo mismo para tu princesa.
Un beso.
"Sé que (me)quedan muchas emociones a estrenar..."
ResponderEliminar...hermosas y esperanzadoras palabras guapa, me ha gustado mucho tu prosa de la vida...
Un abrazo
Gracias Sonrisa.
ResponderEliminarNo sé si esperanza, pero sí debemos tener el punto de mira en el horizonte. No cabe otra.
Besos guapa.
Hola mi sensible Elena, tus tatuajes te hacen diferente y hermosa a los ojos de los demás. Estás hecha en "serio y no en serie", por eso tus dibujos difieren de otros, ninguno es iguales. Mis tatuajes los llevo en la piel también, en cada arruga que me ha salido a lo largo de la vida y convivo con algunas heridas que me duelen aún. Al final aprendemos de todos nuestros errores, es el precio del aprendizaje.
ResponderEliminarY de los aciertos salen estas reflexiones tan bellas que subes a tu blog.
Besos
Los tatuajes no me gustan nada, son antiestéticos y algunos horrorosos, me refiero claro a los tatuajes que se hacen en la piel, esta moda tan atroz. Luego los otros tatuajes los que te va dejando la vida, esos, son según y como te vengan, algunos dejan una grata huella de felicidad y otros heridas incurables.
ResponderEliminarEsperemos que nuestros corazones, se vayan tatuando en los años que aun nos quede por vivir, de dibujos brillantes, que tapen los feos momentos que el destino nos tiene guardados.
Como siempre ha sido un placer leer tu post.
Un enorme abrazo Elena.
Katy, tus tatuajes internos deben ser dignos del guión de una película. Y los externos muestra de una vida larga e intensa.
ResponderEliminarDesde luego, de los fracasos siempre se aprende, suelen ser mejores lecciones que los triunfos.
Un beso enorme.
Cordobesa, a mí tampoco me gustan los tatuajes, los considero antiestéticos y poco higiénicos, pero qué le vamos a hacer, hay gente "pató".
ResponderEliminarEn cuanto a los que la vida nos va tallando en el alma, estoy totalmente de acuerdo contigo, esperemos que los que queden por dejar su huella sean positivos.
Un beso Luisa.
Elena...
ResponderEliminarTodos elegimos caminos equivocados en esta vida, no somos perfectos. Algo que es muy cierto es cuando te refieres a las cicatrices que ya no sangran. Ahi están, en el alma, indelebles, sin sangrar, pero permanentes en la memoria, ya forman parte de nuestra historia vital y eso es imborrable para bien o para mal.
Un beso paisana
Queramos o no, así es Félix.
ResponderEliminarAl fin y al cabo esas cicatrices forman parte de nosotros, de nuestra vida, y es muy probable que hayan ayudado a moldear nuestra personalidad.
Un besote paisano.
Hay que equivocarse Elena...si no, no aprenderíamos. Pero... fíjate que no te veo yo a ti tatuándote la epidermis... Las marcas deben ir por dentro, pegadas al armazón; son las que nos mantienen de pie y mirando hacia adelante... (uyssss voy a dejar este hilo que me estoy poniendo filosófica y es muy tarde...)
ResponderEliminarUn beso trasnochador cuñada...la Noria tiene la culpa.
¡Dios! que manera más maravillosa de expresar como nos marcan los sucesos que nos hacen crecer, madurar y seguir adelante. Eres genial y capaz de dar con plabras tan preciosas... Ehorabuena Elena y sigue asi que aqui estaré yo para empaparme de tus palabras.
ResponderEliminarUn beso
...los años de vida dan la experiencia para comprender muchos caminos en los que hemos caminado. Eso no se puede tatuar pues solo queda en el corazón para satisfacer los recuerdos propios.
ResponderEliminarAmiga, vengo de surcar sueños que fueron una gratitud para este sencillo niño de la vida. He llegado surcando caminos y me ha agradado su hogar. Me instalaré para seguirla. Gracias por su acogida. unos sencillos besos.
Pues sí Ana, si no nos equivocásemos no seríamos humanos.
ResponderEliminarY lo mejor de equivocarse es el aprendizaje que sacamos de cada error.
Yo tampoco me veo tatuada, jajajaja.
Un besote y cuídate el dedito.
¡Dios! gracias Mª José, eres única echando piropos, jajaja.
ResponderEliminarAquí te esperaré, no lo dudes.
Un besote.
Bienvenido Silencio. Estás en tu casa, pasa y acomódate para seguir soñando.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¿Me has dejado unas canciones de Damien Rice!? Ésta también me gusta, esperaré con el blog abierto.
ResponderEliminarGracias.
Los descensos te marcan, así como los ascensos, amiga Elena y aunque la vida nos ponga trabas, igualmente nos da facilidades para seguir adelante.
ResponderEliminarMarcada llevo mi piel por fuera (a la fuerza..., no hubo más remedio!) y no miento si te digo que mucho más marcada y tatuada la tengo por dentro, pero aún así, hay que seguir "palante" y luchar contra el dolor.
Un pequeño piercing queda mucho más mono que un tatuaje!!!.
Un abrazo muy fuerte. Un beso, Elena.
Mercedes, no tienes que esperar con el blog abierto, posa el ratón por las flechas del ipod y pincha para adelante o hacia atrás.
ResponderEliminarTeclea el ipod a tu antojo, que no pasa nada.
Besos.
Lola, lo has dicho perfectamente:"Los descensos te marcan, así como los ascensos, amiga Elena y aunque la vida nos ponga trabas, igualmente nos da facilidades para seguir adelante."
ResponderEliminarEs así de simple y de complicado, y lo verdaderamente importante es aprender de los descensos.
Yo tengo dos piercing, uno en cada oreja, jeje.
Un beso.
Son más dolorosos los tatuajes del alma que los de la piel.
ResponderEliminarY generalmente los del alma son más numerosos, nunca se terminan.
Te leí emocionada pero te sentí triste, como si me mirara en un espejo.
Un beso, bonita.
Son más dolorosos los tatuajes de la piel Emibel, pero están ahí para recordarnos de dónde venimos.
ResponderEliminarEres la segunda persona que me nota un poco triste. No estoy triste, quizá un poco preocupada por la salud de mi madre. Pronto la operan y no se me va de la cabeza.
Un beso.
Todo irá bien, mi niña, sé positiva y díme cómo va tu mami después de la operación, vale?
ResponderEliminarBesicos, reina y me alegro equivocarme en lo de tu tristeza.
Hola Elena además de estar contigo en el pensamiento, te llevo en el corazón. Todos mis mejores deseos para que la operación salga bien. Te mando energía positiva y estoy segura que volverás con buenas noticias. Es duro estar en un hospital, lo se por experiencia.
ResponderEliminarBesos y ya nos contarás.
Sumamente original ese cierre. Te felicito.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Son muchos los tatuajes y demasiadas las cicatrices. pero cada uno tuvo su porque y nos dejó su enseñanza. Sólo nos queda el "tó pa'alante". Preciosa declaración. Íntima y personal. Y bella, como tu querida amiga.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!!
Muy profundo, una manera muy bella de expresar tus sentimientos. Me ha encantado visitarte, un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Slavadorpliego.
ResponderEliminarEl placer es mío por tu visita.
Un abrazo.
"cada uno tuvo su porque y nos dejó su enseñanza. Sólo nos queda el "tó pa'alante"."
ResponderEliminarPerfectamente resumido Slivia.
Gracias y un beso.
Alma Gitana, encantada por tu visita, ven cada vez que quieras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Elena, en el blog de Katy cuando le has hecho un comentario, le decías que te ibas al hospital que han operado a tu madre. Solo es para decirte que espero que este bien, que la operación haya sido un éxito y se este mejorando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son tatuajes que moldean tu forma de ser, de ver la vida distinta, las cicatrices quedan pero se aprende de cada una de ellas, a crecer como persona dando lo mejor que tenemos el corazon, ser autenticos, saber ponernos en la piel que sufre y pensar que desearias que en eso momento que nos ofrecieran.
ResponderEliminarYa estoy por aqui para dar un poco de guerra.
Con cariño
Mari
Hola Elena...me encanta tu nombre ...siempre me gusto mucho y tengo varias amigas que se lo llaman...lo que no tengo ni me haré es un tatuaje...tengo dos lunares y ya está bien...gracias por tu visita y tus bonitas palabras .
ResponderEliminarbesos
Marina
Hola Mari.
ResponderEliminarMe alegro de que vuelvas a estar por aquí para seguir dando guerra, jeje.
Un beso.
Gracias a ti Marina por regalarnos esos maravillosos poemas.
ResponderEliminarFíjate, a mí también me gusta mucho mi nombre.
Un beso.
Hola Elena!!
ResponderEliminarPor fin puedo regresar a leerte... y es que me encanta. Espero que no dudes en tatuarte la epidermis, porque tantos tatuajes te donan un poco de tinta para tenernos embelecados con tus narraciones.
Espero nunca perder la (bien)sana costumbre de curiosear por todos lados e investigar nuevos caminos, así como tú no la has perdido y espero que nunca la pierdas.
Te mando un enorme abrazo!!
¡Ay Cuetzpallin! no me veo a estas alturas tatuándome la piel, jajaja.
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí, sabes que siempre eres bienvenida.
Un beso.
Más te vale disfrutar del camino por el que transcurres, porque si echas demasiado a menudo un vistazo al horizonte te perderás lo mejor.
ResponderEliminarEstá bien sentir curiosidad, pero sin demasiada impaciencia.
Un beso.
Hola casa da poesía
ResponderEliminar...¿y tú me lo preguntas?
¡Salud!
Mi querido Tawaki, tú tan sensato siempre...y tan razonable, jeje.
ResponderEliminarPues sí, más nos vale a todos disfrutar del presente, total, es lo único que tenemos.
Un beso.